Crítica:

Paisaje cubano

Cyril Torres dio vida a los muros de Marrakech, inventó fachadas y puertas cuyo (cerr)ojo era símbolo de la entrada a un mundo fascinante donde adivinar ciudades invisibles. Este antiguo director de la galería taller El Manantial pronto asumió su herencia y buscó nuevas culturas donde descifrar la propia. Su último viaje a la Cuba heredera de la revolución cobra forma en collages y esculturas que ahora acoge la galería de Tom Maddock. Idílicos paisajes cubanos hechos con recortes de periódicos del régimen, como los que hacen los niños en la escuela, o la escultura que representa los uni...

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Cyril Torres dio vida a los muros de Marrakech, inventó fachadas y puertas cuyo (cerr)ojo era símbolo de la entrada a un mundo fascinante donde adivinar ciudades invisibles. Este antiguo director de la galería taller El Manantial pronto asumió su herencia y buscó nuevas culturas donde descifrar la propia. Su último viaje a la Cuba heredera de la revolución cobra forma en collages y esculturas que ahora acoge la galería de Tom Maddock. Idílicos paisajes cubanos hechos con recortes de periódicos del régimen, como los que hacen los niños en la escuela, o la escultura que representa los uniformes de dos escolares, colgados de un hierro a modo de balanza, recuerdan que hoy todavía es posible volver a los paraísos perdidos desde el compromiso con el presente.

CYRIL TORRES

Tom Maddock Gallery. Cardedeu, 7-A. Barcelona. Hasta el 30 de mayo

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