Cartas al director

Los puntuales retrasos de Renfe

Sábado 26 de abril. Talgo A Coruña-Madrid. Aproxidamente a la altura de Ourense se nos avisa a los viajeros de que el tren llegará a Madrid con una demora de una hora. Algunos viajeros se dirigen al interventor para protestar. Éste nos recuerda que los viajeros tendremos derecho a que nos devuelvan una parte del importe del billete.

Llego a Madrid a las 18.30 (hora prevista de llegada, 17.35). Hago mi reclamación en la oficina de atención al cliente y solicito la devolución de que había sido informado por el interventor. Respuesta: no tengo derecho, dado que el tren llegó cinco minutos ...

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Sábado 26 de abril. Talgo A Coruña-Madrid. Aproxidamente a la altura de Ourense se nos avisa a los viajeros de que el tren llegará a Madrid con una demora de una hora. Algunos viajeros se dirigen al interventor para protestar. Éste nos recuerda que los viajeros tendremos derecho a que nos devuelvan una parte del importe del billete.

Llego a Madrid a las 18.30 (hora prevista de llegada, 17.35). Hago mi reclamación en la oficina de atención al cliente y solicito la devolución de que había sido informado por el interventor. Respuesta: no tengo derecho, dado que el tren llegó cinco minutos antes de cumplirse la hora de retraso que da derecho a la devolución. Sucede que era la segunda vez que me pasaba algo así en escaso tiempo. Apenas una semana antes, en un viaje de Santiago a Vigo, se me negó la devolución porque al retraso le faltaba ¡un minuto! para dar derecho a la devolución. Regreso de Madrid a Galicia. Llego a Santiago a las 22.00, cuando la hora prevista de llegada era las 21.15. Naturalmente, renuncio a hacer ninguna reclamación. Pregunta: si Renfe consigue tal habilidad en acumular retrasos justo en el límite de lo que le obligaría a compensarlos económicamente, ¿por qué no aplicar el mismo esfuerzo y precisión en ser, simplemente, puntual?

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