Seis entidades religiosas, entre los 15 clientes con más ganancias

Los peritos han descubierto la existencia de clientes artificialmente favorecidos por Gescartera. Pero a diferencia del celo que aplican a los testaferros perdedores, todos ellos identificados, dejan en el anonimato, salvo excepciones, a la mayoría de los inversores beneficiados. El informe de los peritos tan sólo aporta el listado de los 80 máximos agraciados. El reparto de las ganancias artificiales se hace mediante el sistema de "la quiniela", denominación elegida por la agencia de valores para hacer rotar cada día a los clientes cuyas compraventas debían ser cruzadas con dispar destino. De...

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Los peritos han descubierto la existencia de clientes artificialmente favorecidos por Gescartera. Pero a diferencia del celo que aplican a los testaferros perdedores, todos ellos identificados, dejan en el anonimato, salvo excepciones, a la mayoría de los inversores beneficiados. El informe de los peritos tan sólo aporta el listado de los 80 máximos agraciados. El reparto de las ganancias artificiales se hace mediante el sistema de "la quiniela", denominación elegida por la agencia de valores para hacer rotar cada día a los clientes cuyas compraventas debían ser cruzadas con dispar destino. De los 15 primeros clientes de Gescartera por volumen de ganancias, seis son entidades religiosas: Agustinas Misioneras, Salesianos Inspectora de María Auxiliadora, Orden de San Agustín, Fundación Emilio Álvarez Gallego, Filipenses Misioneras de Enseñanza y Arzobispado de Valladolid.

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La sociedad que más ganó, casi un millón de euros, fue Tecnibrand, del imputado Ánibal Sardón, captador de clientes de Gescartera. Y son beneficiarios porque, pese a haber sufrido pérdidas, su resultado neto es positivo. Encaja en la doctrina de Gescartera, que explican así los peritos: "Las pérdidas ajenas a testaferros puros son poco significativas, salvo que vayan acompañadas también de ganancias. Es decir, salvo rara excepción, aquellos que pierden mucho solamente lo hacen cuando simultáneamente también ganan mucho, lo cual confirma que las operaciones de ida y vuelta (conocidas como porrazo) no se utilizan para trasladar beneficios irregulares a los clientes".

Pero los sabuesos fiscales esbozan una grave salvedad cuyo resultado último no aclaran. "El admitir que las ida y vuelta no es sino la manera en la que Gescartera se mantenía en los mercados, realizando operaciones en la forma más conveniente para los fines que perseguían sus mentores, no implica que no existan excepciones y que en algunos casos no se haya usado el sistema para hacer ganar a determinados clientes importes que pueden responder al pago por su colaboración en la gestión de Gescartera o a fines distintos".

Los peritos admiten lagunas pendientes: "Se asignó a los clientes normales una parte mayoritaria del resultado de las operaciones ganadoras, pero no el total, asignando la diferencia a terceros, que desde el anonimato se verían beneficiados. La búsqueda de esos posibles terceros es tremendamente compleja".

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