Problemas para los discapacitados en las estaciones de metro nuevas
Las nuevas estaciones de la línea cinco del metro presentan problemas de accesibilidad para los discapacitados, como denunció ayer la Federación de Asociaciones de Discapacitados Físicos de la provincia de Valencia (Cocemfe). El problema más grave es la entrada a la estación de Ayora, ya que no hay ascensor y las personas que acceden en silla de ruedas sólo pueden entrar al vestíbulo desde la calle atravesando una rampa de 30 metros sin descansillos, lo que la hace impracticable a no ser que los discapacitados se muevan en sillas eléctricas o vayan acompañados.
A ello añaden la excesiva...
Las nuevas estaciones de la línea cinco del metro presentan problemas de accesibilidad para los discapacitados, como denunció ayer la Federación de Asociaciones de Discapacitados Físicos de la provincia de Valencia (Cocemfe). El problema más grave es la entrada a la estación de Ayora, ya que no hay ascensor y las personas que acceden en silla de ruedas sólo pueden entrar al vestíbulo desde la calle atravesando una rampa de 30 metros sin descansillos, lo que la hace impracticable a no ser que los discapacitados se muevan en sillas eléctricas o vayan acompañados.
A ello añaden la excesiva altura para quienes se desplazan en silla de los comunicadores de los andenes, un problema que se repite en las máquinas expendedoras de billetes, aunque no en las canceladoras. Además, Cocemfe denuncia una circunstancia que se repite en todas las estaciones: la separación existente entre los vagones y la plataforma de acceso a los trenes desde los andenes. Este vacío, que varía en cada estación y que puede ir acompañado de desniveles, fuerza a los discapacitados a ir acompañados para asegurarse una ayuda a la hora de salvar la separación y evitar quedarse enganchados. La asociación, que reconoce los esfuerzos de la Administración, criticó también que el ágape que se sirvió el martes con motivo de la inauguración de la línea en la estación de Aragón se celebró en el vestíbulo de la calle Amadeo de Saboya, cuyo acceso no es accesible, por lo que tuvieron que conformarse con tomarlo en la calle.