La deuda familiar alcanza 448.292 millones, un nuevo máximo histórico

La deuda financiera de las familias españolas alcanzó al término de 2002 un nuevo máximo histórico, con 448.292 millones de euros, lo que representa el 64,6% del producto interior bruto (PIB), según los últimos datos del Banco de España. Durante 2002, los pasivos financieros de las familias -fundamentalmente préstamos y cuentas pendientes de pago- crecieron en 4,3 puntos del PIB.

El fuerte crecimiento experimentado por el endeudamiento de las familias obedece, según los expertos consultados, al entorno de bajos tipos de interés y al aumento del precio de la vivienda en los últimos años....

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La deuda financiera de las familias españolas alcanzó al término de 2002 un nuevo máximo histórico, con 448.292 millones de euros, lo que representa el 64,6% del producto interior bruto (PIB), según los últimos datos del Banco de España. Durante 2002, los pasivos financieros de las familias -fundamentalmente préstamos y cuentas pendientes de pago- crecieron en 4,3 puntos del PIB.

El fuerte crecimiento experimentado por el endeudamiento de las familias obedece, según los expertos consultados, al entorno de bajos tipos de interés y al aumento del precio de la vivienda en los últimos años. El crédito hipotecario se ha disparado en los últimos ejercicios y, según los datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE) referidos a febrero, crece a tasas interanuales superiores al 21%. El endeudamiento de los hogares por primera vez ha cerrado un año con un saldo superior a los 400.000 millones de euros, más del doble que en 1995 (188.000 millones de euros), cuando apenas representaba el 43% del PIB.

Por el contrario, los activos en manos de las familias -los productos financieros donde invierten sus ahorros- han experimentado un estancamiento en los últimos cuatro años y se han situado a finales del pasado año en 1,08 billones de euros. En términos de PIB, el pasado ejercicio cerró con un recorte de 14,7 puntos, hasta representar el 156,6%.

La mala coyuntura bursátil y la cautela de las familias ante la marcha económica, según los expertos, ha provocado una falta de impulso inversor y un desplazamiento de sus inversiones hacia activos de menos riesgo. Así, las participaciones en fondos de inversión han sufrido una sustancial rebaja.

El estancamiento de los activos de las familias y el crecimiento continuado de los pasivos ha provocado que la riqueza financiera neta (activos menos pasivos) haya disminuido nuevamente en 2002, por tercer año consecutivo, desde que en 1999 alcanzó sus máximos históricos con más de 754.000 millones de euros. Desde 2000, la riqueza neta de las familias ha vivido un camino descendente, para cerrar 2002 con algo más de 638.000 millones, lo que le hace retroceder hasta niveles similares a 1998.

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