Las Escuelas Infantiles denuncian que la Junta "discrimina" a las familias y al sector

La Coordinadora de Escuelas Infantiles de Andalucía (CEI) considera que el nuevo marco que establece el Plan de Apoyo a las Familias Andaluzas "no responde a la realidad" del sector y "discrimina" a las familias en las que alguno de los dos cónyuges no está trabajando. El curso 2002-2003 ha sido el primero en el que se ha implantado el nuevo sistema con lo que las subvenciones directas a las escuelas infantiles -donde están matriculados niños hasta los seis años- han sido sustituidas por ayudas a las familias que soliciten plaza en las escuelas que tienen convenios educativos con la Junta de A...

La Coordinadora de Escuelas Infantiles de Andalucía (CEI) considera que el nuevo marco que establece el Plan de Apoyo a las Familias Andaluzas "no responde a la realidad" del sector y "discrimina" a las familias en las que alguno de los dos cónyuges no está trabajando. El curso 2002-2003 ha sido el primero en el que se ha implantado el nuevo sistema con lo que las subvenciones directas a las escuelas infantiles -donde están matriculados niños hasta los seis años- han sido sustituidas por ayudas a las familias que soliciten plaza en las escuelas que tienen convenios educativos con la Junta de Andalucía o en las de titularidad exclusiva de la Consejería de Asuntos Sociales.

La CEI, "entidad sin ánimo de lucro" que aglutina a más de un centenar de escuelas en seis provincias andaluzas, cree que el plan es discriminatorio, ya que "sólo acceden a las ayudas las familias en las que ambos cónyuges trabajan", señala Andrés Pino, maestro de la Escuela Infantil de la Fuensanta en Córdoba y ex secretario de la CEI durante el proceso de adecuación del nuevo plan a estos centros. "Antes, como la subvención era directa al centro escolar, nadie se quedaba fuera; ahora las familias que no cumplen los requisitos no reciben ayuda", apunta Pino. Sin esta bonificación de la Junta, los padres deben abonar el coste total de su hijo en la escuela. "Cuando los padres que antes no tenían que pagar ven que cuesta dinero, no inscriben a sus hijos", agrega Pino.

Esta medida provoca que el número de afectados sea notable respecto a cursos anteriores. Según el escrito que suscribe la actual secretaria de la CEI, María Dolores Díaz-Cuevas, esta nueva medida excluye de ayudas a las parejas en las que uno de los componentes esté estudiando; a las familias rurales que no acrediten un mínimo de 18 horas semanales; a quienes reciben una oferta de trabajo temporal cuando ya ha declinado la plaza por no acceder a la ayuda; o a las madres que se dedican al servicio doméstico no reflejado a efectos administrativos.

La CEI matiza que no está a favor de esta última rama de la economía sumergida, aunque afirma que hay otros medios para combatirlo. Por estas circunstancias, Díaz-Cuevas sostiene que las clases medias y bajas son las más perjudicadas por el nuevo método.

La Coordinadora de Escuelas Infantiles considera que el plan es un "logro" y alaba el incremento de las partidas presupuestarias. No obstante, puntualiza que el nuevo modelo genera "incertidumbre" en un sector en el que aumenta la oferta de plazas. "Algunos centros se han dignificado, pero otros se ven obligados a anular algunas de sus líneas educativas", puntualiza Andrés Pino.

Sin regulación

El nuevo modelo para las escuelas infantiles, que funcionan en muchos casos desde hace 25 años, "no aborda una regulación que veníamos demandando", afirma Andrés Pino. Según sus datos, el salario de los maestros de Educación Infantil y los Técnicos Superiores en Jardín de Infancia que desarrollan su actividad en estos centros rondan el 75% del que percibe un maestro de la enseñanza primaria en centros privados-concertados. La CEI propone que se mantengan las ayudas a los centros para salvar "puestos de trabajo en peligro" y lamenta que Andalucía sea "la única comunidad en la que no se han regulado" los centros infantiles.

La incertidumbre de la que se queja la CEI se acrecenta con el Plan de Apertura de Centros desarrollado por la Consejería de Educación y que abre los colegios para los niños de tres a seis años ofertando servicios como el aula matinal, el comedor escolar o las actividades extraescolares vespertinas. Todo esto, sumado al hecho de que algunos de los tramos hasta los seis años hayan sido suprimidos, supone que "los padres sean reticentes a tener a sus hijos dos años en un sitio y luego cambiarlos", concluye Andrés Pino.