Vitoria dedica una antológica a la presencia femenina en la pintura vasca

El Bellas Artes presenta 'La imagen de la mujer. Otra mirada'

Los artistas ha sido tradicionalmente varones, pero la presencia femenina es una de las dominantes en gran parte de su obra: desnudos, maternidades, retratos, estampas costumbristas... La exposición La imagen de la mujer. Otra mirada, inaugurada ayer en el Museo de Bellas Artes de Álava (Fray Francisco, 8) recorre esta temática en los pintores vascos de finales del XIX a principios del XX.

La imagen de la mujer. Otra mirada es una exposición dedicada a todas las mujeres que forman el entorno más próximo al artista. La muestra analiza la representación del ser femenino abor...

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Los artistas ha sido tradicionalmente varones, pero la presencia femenina es una de las dominantes en gran parte de su obra: desnudos, maternidades, retratos, estampas costumbristas... La exposición La imagen de la mujer. Otra mirada, inaugurada ayer en el Museo de Bellas Artes de Álava (Fray Francisco, 8) recorre esta temática en los pintores vascos de finales del XIX a principios del XX.

La imagen de la mujer. Otra mirada es una exposición dedicada a todas las mujeres que forman el entorno más próximo al artista. La muestra analiza la representación del ser femenino abordada por los pintores vascos que crearon su obra entre la mitad del siglos XIX y la mitad del XX. Concretamente, el periodo que abarca la muestra va de Eduardo Zamacois (Bilbao, 1841-Madrid, 1871) hasta José Mª Ucelay (Bermeo, 1903-Bilbao, 1979) y Jesús Olasagasti (San Sebastián, 1907-1955). Son 52 obras que se reparten en todo el museo, en un diálogo múltiple: entre las propias pinturas de la pinacoteca alavesa y el resto; entre los cuadros entre sí a partir de temáticas comunes, y, ya dentro de cada estancia del museo, entre las distintas obras. "En concreto, buscamos esa otra mirada que las mujeres retratadas dirigen al espectador. Ellas son las modelos, madres, esposas, familiares, compañeras y amigas próximas al artista", explica Alicia Fernández, comisaria de la muestra.

La visita comienza con la sección dedicada al desnudo. Se abre con La visita inoportuna (hacia 1868) de Eduardo Zamacois, una pequeña pieza sugerente, que retrata un momento cotidiano de la vida del artista y la modelo. Con ella, se presenta La ninfa del Zadorra (1886), del alavés Anselmo Guinea, inspirado en la leyenda de Vicente de Arana.

La exposición continúa con un apartado dedicado a la maternidad, con obras de Julián de Tellaeche y Juan de Aranoa, y otras obras de factura amables como El beso de la madre, de Ortiz Echagüe, o Mirentxu, de Aurelio Arteta. Hay también un momento dedicado a la mujer en la vida social, con obras como Pareja tomando el té (1884), de Adolfo Guiard, una escena impresionista de su época de París relacionada, por la similitud de la atmósfera, tonos y factura, con el cuadro En el café (París, 1885), en el que tres mujeres se encuentran alrededor de una mesa y una de ellas, sentada de espaldas, cubre la silueta borrosa de un caballero.

Y también están los retratos de las mujeres anónimas, de las que luego se ha conocido su identidad como Angustias, la Gitana, como le gustaba firmar a ella, una modelo muy apreciada por Ignacio Zuloaga en numerosos lienzos, que el pintor retrata en los últimos años de su carrera. El recorrido no olvida el enfrentamiento entre las miradas de mujeres distinguidas o el recuerdo a las mujeres más queridas.

Entre los numerosos retratos que los pintores vascos dedican a sus esposas sobresale la admirable figura de quien es hija y hermana de artistas, esposa y madre de pintores: Eloísa de Guinea y Zuazaga (Bilbao, 1890-1922). Casada con Antonio de Guezala el 21 de octubre de 1912, Eloísa es hija del pintor Anselmo Guinea (1854-1906). El magnífico retrato de su marido es el que se ha utilizado para ilustrar el cartel de la exposición.

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L. RICO

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