Las aulas salen a la calle

La protesta universitaria contra la guerra de Irak salió ayer al jardín. Profesores y estudiantes de varias facultades de la Universitat de València sacaron las aulas al jardín del campus de Blasco Ibáñez, donde se impartieron clases algo peculiares. En unos casos fueron lecciones basadas en la lectura de textos periodísticos, históricos, literarios y filosóficos sobre la guerra. Y en otros se abordaron asuntos incluidos en el temario, aunque convenientemente adaptados a las circunstancias de tiempo y lugar.

Esto último fue lo que pasó con la clase que impartió el profesor de Arqueologí...

La protesta universitaria contra la guerra de Irak salió ayer al jardín. Profesores y estudiantes de varias facultades de la Universitat de València sacaron las aulas al jardín del campus de Blasco Ibáñez, donde se impartieron clases algo peculiares. En unos casos fueron lecciones basadas en la lectura de textos periodísticos, históricos, literarios y filosóficos sobre la guerra. Y en otros se abordaron asuntos incluidos en el temario, aunque convenientemente adaptados a las circunstancias de tiempo y lugar.

Esto último fue lo que pasó con la clase que impartió el profesor de Arqueología de la Facultad de Geografía e Historia Enrique Díes. Durante un buen rato, este docente, rodeado de una veintena de alumnos, estuvo hablando de la "arqueología de guerra" y explicó "cómo afecta la guerra al patrimonio", tanto por los destrozos como por los expolios que, según dijo, conlleva todo conflicto bélico. A modo de ejemplo, este profesor explicó a sus alumnos cómo, durante la invasión del Líbano por el ejército de Israel, los arqueólogos israelíes iban detrás de los soldados excavando conforme avanzaba la invasión, para buscar restos que pudieran demostrar que aquellas tierras les pertenecen. Díes se extendió también sobre ejemplos concretos de la ciudad de Valencia, como el caso de la muralla medieval, de la que apenas son visibles hoy en día algunos vestigios, además de las torres de Serranos y de Quart.

Los universitarios se manifiestan hoy y celebran una "comida pacífica" en el campus

Frente a la Facultad de Geografía e Historia la clase fue diferente. Los profesores Justo Serna y Encarna García Monerris leyeron fragmentos del libro Manifiesto contra la servidumbre, de Rafael Argullol, mientras que un alumno leyó un texto de Herman Hesse.

Elena Revert, estudiante del último curso, natural de La Font de la Figuera, junto a sus compañeras Mara Ribero, de Vinaròs, y Olivia Salinas, de Requena, se mostraban de acuerdo con la iniciativa. "Me parece muy bien, los profesores tienen más poder que nosotros, y siempre que hagan algo contra la guerra y podamos claborar, mejor", decía la primera. "Ellos ponen la sabiduría y nosotros, la multitud", señalaban estas universitarias valencianas. Un poco más allá, varias profesoras de la Facultad de Filología impartían clases en inglés, que sus alumnos, sentados en el césped, seguían con atención.

Las movilizaciones universitarias contra la guerra continuarán hoy con una huelga, que para los estudiantes será de todo el día, aunque los profesores sólo la secundarán las dos horas decididas por los sindicatos. A mediodía habrá una concentración en el campus, seguida de una manifestación hasta la plaza del Ayuntamiento. Y después, una "comida pacífica" en los jardines de Blasco Ibáñez. El martes próximo, alumnos y profesores de la Facultad de Geografía volverán a sacar las clases a la calle, aunque en esta ocasión tendrán lugar en la plaza de la Virgen de Valencia.

La tardía reacción de la comunidad universitaria ante la guerra ha motivado algunas críticas, sobre todo de los profesores más veteranos, que aún recuerdan con nitidez las movilizaciones de los últimos años del franquismo.