Gracias, Guardia Civil
El pasado 22 de febrero fui sepultado por un alud de nieve en un paraje poco frecuentado de la sierra de Gredos. Estuve tres horas y media a cuatro metros de profundidad, pero milagrosamente salvé la vida. Enterrado bajo la nieve, nada podía hacer sin ayuda exterior, y enseguida perdí la conciencia. Los seis compañeros con los que iba intentaron en vano localizarme todo el tiempo. A través del 112 avisaron al GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña) de la Guardia Civil, en Barco de Ávila. Debido al mal tiempo no podía volar el helicóptero, y los agentes acudieron a pie al lugar del a...
El pasado 22 de febrero fui sepultado por un alud de nieve en un paraje poco frecuentado de la sierra de Gredos. Estuve tres horas y media a cuatro metros de profundidad, pero milagrosamente salvé la vida. Enterrado bajo la nieve, nada podía hacer sin ayuda exterior, y enseguida perdí la conciencia. Los seis compañeros con los que iba intentaron en vano localizarme todo el tiempo. A través del 112 avisaron al GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña) de la Guardia Civil, en Barco de Ávila. Debido al mal tiempo no podía volar el helicóptero, y los agentes acudieron a pie al lugar del accidente. Por fortuna para mí, llevaban con ellos dos perros de búsqueda, con los que les fue posible encontrarme rápidamente. Me desenterraron y en camilla me llevaron hasta abajo, por terreno complicado. Había una ambulancia esperándome. Gracias también a la ropa que llevaba había sobrevivido y, tras unos días hospitalizado, ahora estoy ileso.
Quisiera destacar la profesionalidad y eficacia ejemplares de los miembros del GREIM de la Guardia Civil que me rescataron. Su cualificación técnica y física y su rapidez de intervención, junto con la preparación de sus perros, son los responsables de que yo aún esté con vida. La Guardia Civil no sólo pone multas, también salva vidas.