GUERRA EN IRAK | La Iglesia opina sobre el conflicto

Rouco: "Las palabras del Papa sobre la guerra son vinculantes para los católicos"

Bono considera "una gran obscenidad del PP" decir que las víctimas de la guerra son sus sedes

"Dios quiere que seamos papistas, pero no más papistas que el Papa", dijo ayer el cardenal Antonio María Rouco, abrumado por las preguntas sobre la guerra de Irak durante un coloquio celebrado en un hotel de Madrid. Convocado para hablar del próximo viaje del Papa a Madrid, Rouco reiteró que nadie ha pedido la excomunión de los promotores de la guerra, pero fue enérgico al subrayar que "las palabras" de Juan Pablo II condenándola "son vinculantes para los católicos". "El Papa siempre ha dicho eso con una cohesión que no admite excepciones, que no admite matizaciones", añadió.

El salón p...

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"Dios quiere que seamos papistas, pero no más papistas que el Papa", dijo ayer el cardenal Antonio María Rouco, abrumado por las preguntas sobre la guerra de Irak durante un coloquio celebrado en un hotel de Madrid. Convocado para hablar del próximo viaje del Papa a Madrid, Rouco reiteró que nadie ha pedido la excomunión de los promotores de la guerra, pero fue enérgico al subrayar que "las palabras" de Juan Pablo II condenándola "son vinculantes para los católicos". "El Papa siempre ha dicho eso con una cohesión que no admite excepciones, que no admite matizaciones", añadió.

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El salón principal de hotel Ritz se quedó pequeño para escuchar al cardenal de Madrid, rodeado durante un largo desayuno de trabajo de periodistas, políticos democristianos del PP, altos cargos del Gobierno, eclesiásticos de confianza, más la presencia excepcional del presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José Bono. Fue éste quien convirtió en estelar el asunto de la guerra y quien obligó a Rouco a entrar en materia más allá de lo previsto, a juzgar por las respuestas anteriores, tan matizadas que llevaron al dirigente socialista a exclamar en su presencia: "No quiero ser más papista que el Papa, pero tampoco más aznarista que Aznar".

"¿Se pueden cargar sólo sobre la conciencia de Sadam Husein, que no la tiene, los horrores de esta guerra?", preguntó Bono. El cardenal tomó la pregunta por lo que era -una andanada contra Aznar y los diputados del PP-, y replicó: "En estas situaciones hay que dejar hablar a la conciencia, y cada uno a la suya. Pero los criterios para iluminar esas conciencias los tenemos en la doctrina social de la Iglesia, en las palabras del Papa y en un documento que los obispos hemos elaborado. No podemos imponer esos criterios a los sectores que no pertenecen a la Iglesia; sólo los ofrecemos con la esperanza de que se abran camino".

Bono había adornado su pregunta con este exordio: "Señor cardenal: España no está en guerra, ha dicho el presidente del Gobierno. Sólo forma parte de una coalición de ayuda, de ayuda a la guerra porque, como ha dicho Aznar, la paz no cae sola del cielo. No quiero ser más papista que el Papa, ni más aznarista que Aznar, pero los alentadores de la guerra dicen que responden ante Dios y ante la historia, y no hacen caso al Papa ni cuando se arrodillan para besar su anillo. Quiero destacar el gran valor moral del Papa, la persona que con más energía condena la guerra. Pero algunos católicos dicen que los horrores de esta guerra no les afectan, y que sea lo que Dios quiera, como diciendo: que sea lo que Bush quiera. No se puede saltar el quinto mandamiento en vano para matar".

Antes de atender a la pregunta del presidente castellano-manchego, el cardenal Rouco respondió a cuestiones planteadas por escrito y de forma anónima por algunos de los presentes, tales como: "¿Y ahora qué? Con el conflicto en marcha, ¿cabe hacer algo?" Contestó Rouco: "Cabe la oración presente y constante. Y una cercanía a las víctimas".

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Se le pidió también opinión sobre las "tensiones que vive la sociedad" por la guerra, y contestó que "los desmanes y hechos lamentables" no indican que hayan cambiado "las condiciones básicas de una sociedad dialogante y pacífica".

"Nos iría muy bien si hiciéramos caso de las palabras del Papa, si todos fuéramos papistas y si nadie fuese más papista que el Papa", señaló el cardenal, antes de subrayar que en este "gran debate siempre hay una tensión entre lo deseable y lo realizable".

Respuesta de Rajoy

Sobre el valor de la condena que Juan Pablo II ha hecho de la guerra, Rouco fue tajante: "Sus palabras son vinculantes, claro. Cuando las expresa desde su magisterio, como hace siempre el Santo Padre, siempre son vinculantes". El ministro de Defensa, Fedrico Trillo-Figueroa, dijo recientemente que las palabras del Papa sobre la guerra no son materia de fe ni vinculan a los católicos.

Terminado el coloquio con el cardenal, Bono lamentó que éste no hubiera contestado con mayor rotundidad y claridad a sus preguntas. También dijo que ha llamado a los dirigentes del PP agredidos por "bárbaros y gamberros" y que ha mantenido conversaciones con miembros del Gobierno para mostrar "su solidaridad ante los ataques". Pero añadió: "Me parece una obscenidad decir que las víctimas de la guerra son las fachadas de las sedes del PP. Las víctimas de la guerra están en Irak, no en España, en las fachadas de un partido, por más que algunos telediarios se empeñen".

El vicepresidente Mariano Rajoy interpretó las palabras del cardenal Rouco como una proclamación de que todos los católicos quieren la paz, "pero que evidentemente pueden tener discrepancias sobre los medios. Es lo que, efectivamente, sucede aquí y eso es plenamente coherente con lo que hemos dicho en multiplicidad de oportunidades", agregó el portavoz del Gobierno.

El cardenal Antonio María Rouco, en una foto de archivo.BERNARDO PÉREZ

"No está para grandes maratones"

El cardenal Antonio María Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal Española desde 1999, apeló ayer a la delicada salud de Juan Pablo II, que pronto cumplirá 83 años, para justificar que en su proxima visita a Madrid, los días 3 y 4 de mayo, no reciba más que al presidente del Gobierno, José María Aznar, y al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. CiU y PNV, partidos democristianos, habían protestado porque se les haya marginado de la visita. "Hace dos semanas concelebré una ceremonia de canonización en el Vaticano a su lado y el Papa estaba en unas condiciones de comunicación buenas, y con una movilidad como siempre", dijo Rouco. "Pero no está para grandes maratones. El viaje será corto y se hace en primavera para evitarle la dureza del verano", añadió el cardenal. El de mayo será el quinto viaje de Juan Pablo II a España y Rouco subrayó que se da en un marco en el que la Iglesia "afronta el tercer milenio con mucha esperanza". "Este encuentro vendrá a alentar dicha esperanza", concluyó.

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