Crónica:

Un genio entre nosotros

A las ocho de la mañana, miles de aficionados se levantaron para ver por televisión el tercer puesto de Fernando Alonso en el Gran Premio de Malaisia de fórmula 1, un hito en la historia del deporte español

El deporte español regresó ayer a un territorio familiar, el que aloja a una estrella precoz, capaz de movilizar a un país en una especialidad insospechada y a horas intempestivas. A esta clase de elegidos pertenece Fernando Alonso, el piloto destinado a generar un entusiasmo entre los españoles similar al que antes protagonizaron Manolo Santana, Severiano Ballesteros, Ángel Nieto, Paquito Fernández Ochoa, José Luis González o José Manuel Abascal. A las ocho de la mañana, cientos de miles de aficionados al deporte se levantaron para ver por televisión la carrera de Fernando Alonso en Malaisia,...

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El deporte español regresó ayer a un territorio familiar, el que aloja a una estrella precoz, capaz de movilizar a un país en una especialidad insospechada y a horas intempestivas. A esta clase de elegidos pertenece Fernando Alonso, el piloto destinado a generar un entusiasmo entre los españoles similar al que antes protagonizaron Manolo Santana, Severiano Ballesteros, Ángel Nieto, Paquito Fernández Ochoa, José Luis González o José Manuel Abascal. A las ocho de la mañana, cientos de miles de aficionados al deporte se levantaron para ver por televisión la carrera de Fernando Alonso en Malaisia, una carrera de fórmula 1, la cima del automovilismo casi vetada a los españoles por falta de tradición, por la ausencia de una industria con empuje para alimentar lo que ha sido normal en Italia, Gran Bretaña, Francia o Alemania. Es decir, interés general, publicidad, dinero y pilotos. A Fernando Alonso, tercero en la prueba después de conseguir el mejor tiempo en los entrenamientos, le corresponde la formidable tarea de familiarizar a los españoles con los secretos de la fórmula 1.

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Como ocurre con todos los genios del deporte, no hace falta ser un fanático para alistarse al ejército de seguidores que no perderá detalle de todo lo que ocurra a partir de ahora con Alonso. Cómo no recordar la fascinación que produjo Santana y sus finales de la Copa Davis en Australia, tiempos en los que el tenis era una rareza en España, como sucedía con el golf en la deslumbrante aparición de Severiano Ballesteros en el Open Británico. Una nación se entregó a la causa de estas dos leyendas del deporte y su semilla se aprecia ahora más que nunca. España, que vivió del monocultivo del fútbol durante décadas, tiene un abanico excepcional de campeones en las disciplinas más variadas. El tenis y el golf son sustanciales de esta edad de oro del deporte español. Con Fernando Alonso llega la ola de la fórmula 1. No habrá quien la detenga porque el chico vale mucho y tiene gancho.

Rubens Barrichello, Kimi Raikkonen y Fernando Alonso, en el podio del circuito de Sepang.EFE

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