Tribuna:COYUNTURA NACIONAL

Previsiones de guerra

En los últimos meses, la cuestión en torno a Iraq, que desgraciadamente ha desembocado en un conflicto armado sin el deseado consenso en el seno de las Naciones Unidas, ha sometido a la economía internacional a un elevado grado de incertidumbre. Si esto ya hubiera tenido repercusiones importantes en una situación coyuntural de mayor fortaleza que la actual, en estos momentos, en los que las grandes economías se hallan debilitadas por la recesión iniciada en 2001, estas repercusiones pueden ser más graves. Los efectos, primero, de esta situación de incertidumbre y, posteriormente, de las consec...

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En los últimos meses, la cuestión en torno a Iraq, que desgraciadamente ha desembocado en un conflicto armado sin el deseado consenso en el seno de las Naciones Unidas, ha sometido a la economía internacional a un elevado grado de incertidumbre. Si esto ya hubiera tenido repercusiones importantes en una situación coyuntural de mayor fortaleza que la actual, en estos momentos, en los que las grandes economías se hallan debilitadas por la recesión iniciada en 2001, estas repercusiones pueden ser más graves. Los efectos, primero, de esta situación de incertidumbre y, posteriormente, de las consecuencias de la propia guerra en una región que es la principal suministradora mundial de petróleo, pueden concretarse en un debilitamiento del crecimiento económico acompañado de más inflación, lo que vendría a agravar la difícil situación financiera por la que atraviesan empresas, familias y administraciones públicas.

La apuesta por una ligera recuperación es mayoritaria, pero gana terreno la tesis del estancamiento

Según han anunciado sus portavoces, los organismos económicos internacionales se disponen a rebajar sus previsiones en los informes de primavera que publicarán en los próximos meses. Lo mismo han hecho ya los gobiernos de las principales economías europeas. Cabe preguntarse, sin embargo, si estas revisiones son consecuencia del nuevo escenario creado por el conflicto u obedecen al excesivo optimismo de que hicieron gala en el pasado otoño. Probablemente haya un poco de todo, pero yo creo que de momento los obligados recortes son más bien consecuencia de los malos fundamentos de las grandes economías mundiales y de la infraestimación de los desequilibrios que las atenazan que de la guerra. No digo que ésta no vaya a tener efectos importantes, sino que estos efectos son de momento lo suficientemente difíciles de prever y cuantificar como para poder incluirlos en unas previsiones.

Esto es lo que parece deducirse de la encuesta bimestral que realiza la fundación FUNCAS entre catorce instituciones españolas sobre previsiones económicas para España. La última se hizo la semana pasada y dio como resultado una previsión media (de consenso) del PIB para 2003 del 2,3%. Esta cifra es notablemente inferior a la contemplada por el Gobierno y los organismos internacionales en sus previsiones de otoño, pero es sólo dos décimas inferior a la de la encuesta de septiembre (gráfico izquierdo). Es decir, para los analistas privados las previsiones oficiales eran optimistas hace ya seis meses, cuando todavía no había saltado a escena el conflicto de Oriente Medio. Por otro lado, los nuevos acontecimientos no han llevado a revisar sustancialmente las perspectivas de crecimiento en los últimos seis meses. ¿Por qué? En mi opinión, porque, ante la incertidumbre sobre el desarrollo, la duración y las consecuencias del conflicto, todos optamos por el escenario más favorable, que, a lo sumo, conduce a una moderación del ritmo de crecimiento durante un par de trimestres, pero sin poner en peligro la recuperación iniciada en la segunda mitad del pasado año.

Es posible que las consecuencias económicas del conflicto no sean importantes, pero lo que yo veo cada vez más borroso es que, con retraso o sin él, la recuperación se consolide a corto plazo. Las probabilidades de una recuperación moderada siguen siendo mayoritarias, pero cada vez ganan terreno las de un estancamiento prolongado

.Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigación Económica y Social (FUNCAS).

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