La policía detiene a ocho hombres acusados de extorsionar, robar y torturar a tres mujeres rusas
La policía ha detenido en Madrid a ocho hombres de origen ucranio que supuestamente robaron, extorsionaron y sometieron a todo tipo de vejaciones a tres mujeres rusas, a las que tenían amedrentadas y amenazadas de muerte. Según la Jefatura Superior de Policía, entre los arrestados se encuentra el cabecilla de la red, que trabajaba como matón en un club de alterne.
A los ocho detenidos se les imputan tres robos con violencia e intimidación, tres detenciones ilegales, lesiones, amenazas de muerte, tenencia ilícita de armas y falsificación documental.
El grupo estaba especial...
La policía ha detenido en Madrid a ocho hombres de origen ucranio que supuestamente robaron, extorsionaron y sometieron a todo tipo de vejaciones a tres mujeres rusas, a las que tenían amedrentadas y amenazadas de muerte. Según la Jefatura Superior de Policía, entre los arrestados se encuentra el cabecilla de la red, que trabajaba como matón en un club de alterne.
A los ocho detenidos se les imputan tres robos con violencia e intimidación, tres detenciones ilegales, lesiones, amenazas de muerte, tenencia ilícita de armas y falsificación documental.
El grupo estaba especializado en robos con intimidación y extorsiones, y sus víctimas, principalmente compatriotas que trabajaban en España, sufrieron, según la policía, la "violencia desmesurada y el trato vejatorio y humillante" de esta banda criminal.
Los detenidos son Denys V., de 29 años; Oleksandr P., de 31; Ramir S., de 25; Silvana B., de 40; Casimir V., de 36; Olksandr Z., de 26; Antoliy L., de 43, y Sergiy P., de 37. El segundo y el tercero ya habían sido arrestados en otra ocasión, pero utilizaron nombre falso.
Por otro lado, agentes del Cuerpo Nacional de Policía han detenido a Juan Manuel L. B., de 29 años, y a Nazarica Elena T., de 21, por un supuesto delito de estafa, informa Servimedia. Ambos regentaban un club de alterne en Torrejón en el que se cometieron los delitos.
Según la policía, sus potenciales víctimas eran los clientes que, mediante su propia tarjeta de crédito, abonaban el servicio. A las empleadas se les han incoado 12 expedientes de expulsión, debido a su estancia ilegal en territorio español.
La policía abrió sus investigaciones cuando algunos clientes denunciaron que, tras abonar con tarjeta los servicios, habían sido estafados. Solían darse cuenta de los hechos días más tarde, tras comprobar los movimientos y saldos de sus cuentas. Las mujeres encandilaban a sus clientes para que se desprendieran de la tarjeta. La víctima recibía un único recibo que firmaba sin saber que su rúbrica sería falsificada en otros cuatro o cinco boletos.