Crítica:

Nombrar las cosas

Si es importante dejar constancia de la multitud de agentes transformadores que ha generado la nueva sociedad mundializada no lo es menos comprender cómo se ha llegado a esta situación en la que casi todos podemos ser eso que antiguamente se denominaba "sujetos históricos del cambio". Se trata, además, de entender este tiempo en que la consciencia de propiedad sobre el rostro y el destino propios se ha generalizado, tarea a la que ha contribuido decisivamente el sociólogo y profesor de Economía Aplicada de la UAB Raúl García-Durán con este ensayo sobre las condiciones en que la sociedad tiene ...

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Si es importante dejar constancia de la multitud de agentes transformadores que ha generado la nueva sociedad mundializada no lo es menos comprender cómo se ha llegado a esta situación en la que casi todos podemos ser eso que antiguamente se denominaba "sujetos históricos del cambio". Se trata, además, de entender este tiempo en que la consciencia de propiedad sobre el rostro y el destino propios se ha generalizado, tarea a la que ha contribuido decisivamente el sociólogo y profesor de Economía Aplicada de la UAB Raúl García-Durán con este ensayo sobre las condiciones en que la sociedad tiene la oportunidad, única hasta hoy, de recuperar sus proporciones humanas frente a la voracidad del mercado. Nos hallamos ante un tratado científico que se lee como la más trepidante novela, necesariamente negro por las condiciones objetivas pero inusualmente dinámico por el decidido espíritu crítico, casi exento de apriorismos.

MERCANCÍAS, ANDROIDES O PERSONAS

Raúl García-Durán

Tecnos. Barcelona, 2002

170 páginas. 10,50 euros

García-Durán estructura su análisis en un informe previo sobre "el no fin de la historia y su funcionamiento", las claves de la gestión capitalista en los distintos continentes, con especial atención a los efectos (y defectos) de las tecnologías y los sistemas de valores emergentes. Las páginas dedicadas a la génesis de la moderna tecnoburocracia gestora y al nuevo modelo de acumulación ayudan a comprender las tensiones producidas por los atávicos intereses del capital frente a una pujante necesidad ética y ecológica. No se trata de volver a las cavernas, afirma el autor, sino "simplemente, de poner la economía y el avance tecnológico al servicio de la humanidad y no al revés".

Con un caudal de referencias capaces de trazar el esqueleto de un sistema de investigación social que necesita planteamientos como el comentado para mantenerse con vida ante la continua modificación del objeto analizado, el libro parte de la idea de que la historia es creación, por lo que no se puede predecir el futuro, hecha la salvedad de que "si la sociedad es dinámica no se puede hablar de la sociedad actual sin hablar del futuro". Tiene también la virtud de establecer de forma clara y útil toda una colección de conceptos básicos (clases sociales, toyotismo, realidad virtual, pensamiento único) cuya comprensión es a menudo más elíptica que real.

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