Maragall se compromete a no intervenir en la política informativa de la radiotelevisión pública

El líder del PSC propugna un pacto entre públicas y privadas para el sistema audiovisual catalán

El líder del PSC-Ciutadans pel Canvi, Pasqual Maragall, formuló ayer su "compromiso personal" de no intervenir en la política informativa de la radiotelevisión de la Generalitat si gana las próximas elecciones autonómicas y logra formar gobierno. El aspirante a la presidencia de la Generalitat explicó en una conferencia coloquio en la Universidad Ramon Llull que, si él dirige el Gobierno, el director general de la radiotelevisión pública lo elegirá el Consejo de Administración de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), que será "fiel reflejo del Parlament".

La política in...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El líder del PSC-Ciutadans pel Canvi, Pasqual Maragall, formuló ayer su "compromiso personal" de no intervenir en la política informativa de la radiotelevisión de la Generalitat si gana las próximas elecciones autonómicas y logra formar gobierno. El aspirante a la presidencia de la Generalitat explicó en una conferencia coloquio en la Universidad Ramon Llull que, si él dirige el Gobierno, el director general de la radiotelevisión pública lo elegirá el Consejo de Administración de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), que será "fiel reflejo del Parlament".

La política informativa "ha pasado a ser objeto del debate político", reconoció Maragall nada más comenzar su intervención ante los 150 asistentes al coloquio. Semanas atrás había hablado ante el mismo auditorio el conseller en cap, Artur Mas, también aspirante a la presidencia de la Generalitat, y había admitido, a preguntas de los estudiantes, que el Gobierno de CiU interfiere en la información que emiten los medios de comunicación que dependen de él.

Pero Mas justificó la actuación de su gobierno afirmando que eso es lo que hacen todos. Y aquí es donde Maragall intentó marcar ayer una diferencia. Los medios de comunicación de la Generalitat, es decir, TV-3 y Catalunya Ràdio, "no son del Gobierno, son públicos". Y el Gobierno ha de ser, agregó, "escrupulosamente respetuoso con su independencia informativa".

Maragall rechazó también que quepa equiparar la actuación de los medios de comunicación de la Generalitat con la de la televisión local de Barcelona, BTV, que depende de su Ayuntamiento, gobernado por la izquierda desde 1979. Aunque admitió que BTV ha caído en la tentación de actuar como "contrapeso" de TV-3. De la misma forma, dijo, que "TV-3 actúa como contrapeso de TVE".

En cualquier caso, Maragall reconoció que "se tiene que modificar el sistema" para que no sea necesario recurrir a juegos de contrapesos como éstos. Pero, una vez proclamado su compromiso de no intervenir en la política informativa de los medios de comunicación públicos, Maragall anunció su pretensión de que el Gobierno catalán "pilote su política industrial" en el complejo y cambiante ámbito de los grupos de comunicación. Adelantó dos ideas sobre este particular. Una de ellas, la de perseguir la "colaboración intensa entre las televisiones autonómicas", entre otras cosas porque ellas son, explicó, "las que han de dar la imagen de la España plural" creada por la Constitución. Y advirtió: "Seremos osados en esta materia".

La otra idea que avanzó fue que ante los cambios que va a provocar el paso de la radiotelevisión analógica a la digital, un gobierno presidido por él promovería un acuerdo entre el sector público y el privado "para configurar el modelo audiovisual catalán". Explicó que de las conversaciones que su partido ha tenido con la patronal de los medios de comunicación ha obtenido la impresión de que sería posible que Cataluña avanzase "en una prueba piloto de este tipo".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En respuesta a una de las preguntas, Maragall afirmó taxativamente que la televisión pública catalana "tiene que ser en catalán" y rechazó la eventualidad de introducir en ella cuotas de castellano, en contra de lo que afirmó hace cuatro años. El interpelante le recordó que incluso había llegado a proponer que la cuota fuera del 50%, pero Maragall lo rechazó y le retó a encontrar una grabación que lo pruebe. "Si la encuentra, tendré que reconocer que me he equivocado y que la memoria me falla", agregó.

Archivado En