La Fundación Godia dedica una exposición al arte tradicional africano

Las 66 esculturas proceden de 15 coleccionistas de Barcelona

La Fundación Francisco Godia expone hasta el 30 de junio África, colecciones privadas de Barcelona, una reunión de 66 esculturas realizadas en el África negra que poseen 15 coleccionistas barceloneses. Los objetos llegados desde África no despertaron interés hasta que en las primeras décadas del siglo XX los artistas de vanguardia quedaron fascinados al considerarlos una muestra del arte primitivo.

El antropólogo Raoul Lehuard advertía en la presentación de esta exposición de que por cada pieza original se han comercializado en Occidente un centenar de copias. Todas las que expon...

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La Fundación Francisco Godia expone hasta el 30 de junio África, colecciones privadas de Barcelona, una reunión de 66 esculturas realizadas en el África negra que poseen 15 coleccionistas barceloneses. Los objetos llegados desde África no despertaron interés hasta que en las primeras décadas del siglo XX los artistas de vanguardia quedaron fascinados al considerarlos una muestra del arte primitivo.

El antropólogo Raoul Lehuard advertía en la presentación de esta exposición de que por cada pieza original se han comercializado en Occidente un centenar de copias. Todas las que expone la Fundación Francisco Godia son originales y se certifica que no provienen de expolios. Pero el dato sirve de muestra de la elevada demanda existente de estas piezas, que ya superaron el polémico debate sobre si debían considerarse obras de arte u objetos etnográficos. La exposición recoge obras creadas a partir del siglo XII por artistas anónimos para conseguir protección gracias a estas formas que identificaban a un ser mítico, al consejero o al juez supremo.

Estos artistas huían de las representaciones perfectas. Sus piezas ni siquiera estaban pensadas para ser expuestas y reflejan únicamente las formas esenciales. Por ejemplo, el tamaño de las cabezas es desproporcionado y, al contrario que los artistas europeos, el canon de belleza no era la simetría, sino las formas asimétricas.

El recorrido de la exposición se organiza por ámbitos geográficos. Comienza con figuras de Tellem y Dogon provenientes de Malí y Burkina Faso. La segunda sala se dedica al arte de Gabón con los relicarios Kota y las máscaras blancas, que representan a los difuntos, para pasar más tarde por Costa de Marfil y sus máscaras Dan o una figura Akua-ba, que llevaban en las manos las mujeres embarazadas para transmitir la belleza a su hijo. Cierra el recorrido una gran sala dedicada a la cultura Fang (este pueblo habita en los bosques de Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón y Congo), y los fetiches de los Kongo.

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