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Un error democrático

Seguramente le dirán a Almodóvar "The Oscar goes to..." y no "The winner is...", como dicen que le ha deseado la ministra del ramo. Hace ya catorce años que cambiaron la fórmula. Digan lo que digan, ¡enhorabuena, Pedroooo! Estas nominaciones han calmado durante un rato las turbulentas aguas de la actualidad. "Es un enorme premio para el cine español... tan vapuleado durante la última semana", ha comentado el triunfador. ¡Y tan vapuleado, amigo! A los cómicos (como ya les gusta que se les llame) les han llovido acusaciones, exigencias, cachondeos, injurias, y hasta dicen que listas negras ofic...

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Seguramente le dirán a Almodóvar "The Oscar goes to..." y no "The winner is...", como dicen que le ha deseado la ministra del ramo. Hace ya catorce años que cambiaron la fórmula. Digan lo que digan, ¡enhorabuena, Pedroooo! Estas nominaciones han calmado durante un rato las turbulentas aguas de la actualidad. "Es un enorme premio para el cine español... tan vapuleado durante la última semana", ha comentado el triunfador. ¡Y tan vapuleado, amigo! A los cómicos (como ya les gusta que se les llame) les han llovido acusaciones, exigencias, cachondeos, injurias, y hasta dicen que listas negras oficiales, sin que puedan entender por qué han suscitado las iras de todos los frentes. "¡Cómicos! Duermen vestidos / viven desnudos / beben la vida a tragos, / son adorados, / son calumniados...", como se decía en aquella canción que compuso Víctor Manuel cuando la famosa huelga de los actores de 1975, cuyo espíritu ha cobrado una inesperada vigencia estos días.

Con desconcierto, los cómicos se dieron cita en el teatro Alcázar de Madrid tratando de explicarse tantas acusaciones de culpabilidad por haber dicho "No a la guerra". Aquello fue un alboroto de enfadada protesta mezclada con la alegría de verse otra vez solidarios ("¡Quién me iba a decir que tendría que reivindicar de nuevo la libertad de expresión!", comentaba alguien con sorna). Y allí estaban, unidos, leyendo los nueve puntos de su reivindicación. Luego, en los periódicos, sólo figurarían los sufridos famosos, pero aquel recinto estaba abarrotado de esos cómicos (actores, directores, guionistas, técnicos y hasta algún productor) que se suelen despachar como "rostros anónimos".

Uno veía la modesta actitud del eterno adolescente Alejandro Amenábar, brillante partícipe del subidón que el año pasado tuvo el cine español, junto a Pedro Almodóvar, otro que tal, sumándose a la causa, al lado de Fernando León de Aranoa, sin que a ninguno le importara una higa las posibles candidaturas al Oscar, y a Benito Zambrano, la Paredes, Javier Bardem, Ana Belén y la entrañable Asunción Balaguer sabiendo ella que su (nuestro) Paco Rabal también hubiera estado allí leyendo el documento.

Ni por ésas. "La Academia española es la rechifla de Hollywood" se ha escrito porque Los lunes al sol no fue elegida para el Oscar: "Es el lado amargo de la moneda", "estamos hasta el gorro de tanto progre, de tanto artista y de tanto creador de opinión que quiere seguir cobrando del erario público el resto de su vida", expresiones revanchistas, y perdón por la suspicacia. ¿Erario público? ¿De qué estarán hablando? ¿Se enteran de cómo funciona la industria del cine? ¡Pobres cómicos! Lo que llaman subvención les convierte en gorrones, y que en Hollywood no seleccionaran la película de León de Aranoa, en incompetentes. "La Academia española se equivocó... pero fue un error democrático", declaró con elegancia Almodóvar.

Y lo que son las cosas, estigmatizando tanta leyenda, al éxito de Pedroooo se ha añadido esta semana el de La gran aventura de Mortadelo y Filemón, el de Colomo con su Gerald Brenan, la buena acogida en el Festival de Berlín de las películas de Isabel Coixet y de Eloy de la Iglesia, los premios a Sancho Gracia y a Galiardo en Nueva York... y cuantos posiblemente queden aún por venir. La historia, sin embargo, se les ha vuelto a repetir. Cuando los cómicos se despiertan, despiertan siempre furias e insolencias, sospechas y chascarrillos. Seguramente es su destino. En 1970, cuando reclamaron un día de descanso semanal como los demás españoles, o en 1975, cuando la sorprendente huelga de todos los espectáculos, les cayeron chuzos de punta, y muchos de ellos hasta fueron luego eliminados de repartos y giras. Ahora, que se creían en otros tiempos, están perplejos, y hay hasta quien se teme lo peor. El norteamericano Sean Penn ya ha denunciado que le acaban de suprimir del reparto de la que iba a ser su próxima película por haberse manifestado públicamente contra la guerra. Errores democráticos.

El director Pedro Almodóvar.GORKA LEJARCEGI
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