Carta abierta a Josep Lluís Núñez
"Cautivo y desarmado el ejército nuñista, las tropas de la Generalitat han entrado en Can Barça. Barcelona, a 6 de febrero de 2003". Ya ves, Josep Lluís, cual Cid Campeador a la inversa, has perdido tu última batalla después de muerto (deportivamente hablando). Y esta derrota, porque tú aun en la distancia también has sido derrotado, se ha producido de la forma que más te duele: no con la fuerza de las armas, sino con la de la palabra.
Imagino que sabrás que ha sido una decisión política la que ha permitido recuperar el club para aquellos a los que no hubiera tenido que dejar de perten...
"Cautivo y desarmado el ejército nuñista, las tropas de la Generalitat han entrado en Can Barça. Barcelona, a 6 de febrero de 2003". Ya ves, Josep Lluís, cual Cid Campeador a la inversa, has perdido tu última batalla después de muerto (deportivamente hablando). Y esta derrota, porque tú aun en la distancia también has sido derrotado, se ha producido de la forma que más te duele: no con la fuerza de las armas, sino con la de la palabra.
Imagino que sabrás que ha sido una decisión política la que ha permitido recuperar el club para aquellos a los que no hubiera tenido que dejar de pertenecer nunca: sus socios. Este país recupera la que según Vázquez Montalbán era la primera entidad democrática durante el periodo de poder del otro dictador, entidad que tú y tus seguidores, cosas de la vida, secuestrasteis -de forma electoral, eso sí- cuando la democracia comenzaba sus primeros andares. Han sido 25 años de nuñismo los que han hecho perder a este club las señas de identidad que lo habían caracterizado y ha tenido que ser la intervención de un político -el secretario de Deportes de la Generalitat-, algo que tú siempre habías odiado, lo que acabara con ese secuestro.
Por todo ello, a tus arrepentidos seguidores, que los hay, les ruego que piensen bien su voto y, si no lo tienen claro, dejen que durante un periodo dirijan otros los destinos del club, y a ti sólo te pido un favor: déjanos ser dueños de nuestro propio destino y no nos vuelvas a decir, como en las pasadas elecciones, a quién no tenemos que votar. Creo que ya somos mayorcitos.