Negociación colectiva
Empresarios y sindicatos han firmado el II Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva, que recoge los criterios que deberán informar los convenios colectivos y revisiones salariales que se firmen durante 2003. Casi ocho millones de trabajadores están pendientes este año de la negociación de sus condiciones laborales.
El éxito del acuerdo firmado el año pasado permitió un moderado crecimiento salarial a pesar del estancamiento de la economía y ha motivado que las partes hayan decidido de nuevo reunirse y convenir los puntos sobre los que debe girar la negociació...
Empresarios y sindicatos han firmado el II Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva, que recoge los criterios que deberán informar los convenios colectivos y revisiones salariales que se firmen durante 2003. Casi ocho millones de trabajadores están pendientes este año de la negociación de sus condiciones laborales.
El éxito del acuerdo firmado el año pasado permitió un moderado crecimiento salarial a pesar del estancamiento de la economía y ha motivado que las partes hayan decidido de nuevo reunirse y convenir los puntos sobre los que debe girar la negociación en este ejercicio.
La fijación de la revisión salarial es sin duda uno de los aspectos claves. Los sindicatos han accedido a limitar la subida salarial a los índices de inflación previstos, con cláusulas de revisión salarial para los supuestos de desviación y con incrementos retributivos ligados a la productividad.
A su vez, las empresas se han comprometido a fomentar las medidas de flexibilidad interna, frente a los ajustes de plantilla, buscando medios (como la recolocación, la movilidad, la formación y reciclaje, la suspensión del contrato, la modificación de condiciones de trabajo, la reorganización del trabajo, incluido el tiempo de trabajo) que permitan igualmente a la empresa su adaptación a las oscilaciones del mercado y resulten menos traumáticos para el trabajador.
Igualmente en materia de contratación se intenta promocionar la estabilidad en el empleo y el uso adecuado de los contratos, limitando la utilización abusiva de las modalidades temporales.
Otros aspectos se refieren a la búsqueda de la igualdad en el empleo, la seguridad y salud en el trabajo o el teletrabajo.
Se trata únicamente de recomendaciones que deberán irse adaptando a los distintos sectores y empresas de conformidad a sus particularidades específicas. Pero no cabe duda que la utilización del diálogo social para tratar de mantener la negociación colectiva en cauces razonables no puede sino contribuir a generar confianza y tranquilidad en el entramado económico-empresarial, por lo que resulta especialmente bienvenida en un periodo de incertidumbre económica como el que atravesamos.