Tres jóvenes, acusados de matar de una paliza a un indigente en Arganzuela
Homicidio resuelto y esclarecido. Agentes del Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía han detenido a tres jóvenes vecinos de Arganzuela, acusados de haber matado en agosto del año pasado a un indigente, Antonio Micol, de 57 años, cuando pernoctaba en la calle de Santa María de la Cabeza. Los policías están pendientes de interrogar a los arrestados para que clarifiquen el móvil de este asesinato.
Las investigaciones del asesinato de Antonio Micol han resultado muy arduas. Los testigos de este crimen dieron descripciones muy imprecisas de los tres supuestos autores del h...
Homicidio resuelto y esclarecido. Agentes del Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía han detenido a tres jóvenes vecinos de Arganzuela, acusados de haber matado en agosto del año pasado a un indigente, Antonio Micol, de 57 años, cuando pernoctaba en la calle de Santa María de la Cabeza. Los policías están pendientes de interrogar a los arrestados para que clarifiquen el móvil de este asesinato.
Las investigaciones del asesinato de Antonio Micol han resultado muy arduas. Los testigos de este crimen dieron descripciones muy imprecisas de los tres supuestos autores del homicidio. Éste ocurrió el 28 de agosto en la puerta de un garaje, en el número 57 de la calle de Santa María de la Cabeza. Unos desconocidos se acercaron al lugar donde dormía y le propinaron una paliza que le rompió la tráquea y le causó un traumatismo craneoencefálico muy grave. Además, le asestaron varias puñaladas en el costado izquierdo. Tras la agresión, huyeron en varias motocicletas. Cuando llegaron los facultativos del Samur-Protección Civil, la víctima estaba con vida, pero falleció a los 20 minutos de ser atendido por el servicio de emergencias.
Los homicidas cometieron un error, que ahora ha permitido el esclarecimiento del caso. Tras la agresión, cogieron una botella de vino de La Mancha que llevaban consigo y la estrellaron contra una pared. Fue su perdición. Los investigadores, faltos de detalles precisos que les condujeran a la identificación de los asesinos, tiraron de este hilo y analizaron el envase de cristal, que quedó reducido a añicos. La botella pertenecía a un vino poco común, que sólo se vende en determinadas tiendas de la capital. Un rastreo de los comercios cercanos al lugar del crimen permitió descubrir que ese caldo se vendía en una bodega cercana.
Lista de compradores
La labor de los investigadores de Homicidios resultó difícil, ya que tuvieron que elaborar una lista con todas las personas que habían comprado en las últimas fechas una botella de ese vino. Fundamental en este aspecto fue el testimonio de los empleados de la bodega. Poco a poco, fueron desechando a vecinos de Arganzuela, hasta que se centraron en un grupo de jóvenes que había adquirido en fechas anteriores al homicidio.
Los policías siguieron a estos jóvenes durante varias semanas hasta que reunieron todas las pruebas que permitieron su detención. Tras conseguir la pertinente autorización judicial, arrestaron el pasado martes por la tarde al primer implicado y a los otros dos, ayer por la mañana. Se trata de jóvenes vecinos de Arganzuela, con edades comprendidas entre los 20 y 25 años, que carecen de antecedentes policiales. Según fuentes judiciales, los tres están pendientes de ser interrogados para determinar las responsabilidades individuales de cada uno en el crimen.
Entre hoy y mañana serán registrados los domicilios de los detenidos para buscar algún indicio de su presunta implicación en el crimen, como, por ejemplo, el arma blanca utilizada para apuñalar a Antonio Micol. Fuentes judiciales descartaron que los detenidos pertenezcan en principio a alguna tribu urbana o sean neonazis. En principio, las primeras hipótesis apuntan a que los supuestos homicidas mataron al indigente tras mantener una discusión con éste por motivos todavía no esclarecidos. Tampoco descartan que se tratara de "una gamberrada" durante una noche de alcohol, en pleno mes de agosto.