La pluralidad creativa de los hermanos Roscubas se reúne en una muestra en Bilbao

Voy a ser feliz es el llamativo título de la última propuesta de los hermanos Roscubas, los gemelos Vicente y Fernando, bilbaínos nacidos "por accidente" en Palma de Mallorca (1953). Siguiendo su coherencia artística particular, los Roscubas han construido un montaje redondo que reúne la pluralidad de su trabajo artístico en la galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbao (Henao, 3) hasta el próximo 22 de febrero. La muestra incluye lo más nuevo, piezas creadas en 2002, contextualizado con trabajos anteriores, hasta de 1977, realizados con técnicas mixtas.

La muestra que presentaron a...

Voy a ser feliz es el llamativo título de la última propuesta de los hermanos Roscubas, los gemelos Vicente y Fernando, bilbaínos nacidos "por accidente" en Palma de Mallorca (1953). Siguiendo su coherencia artística particular, los Roscubas han construido un montaje redondo que reúne la pluralidad de su trabajo artístico en la galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbao (Henao, 3) hasta el próximo 22 de febrero. La muestra incluye lo más nuevo, piezas creadas en 2002, contextualizado con trabajos anteriores, hasta de 1977, realizados con técnicas mixtas.

La muestra que presentaron ayer los hermanos Roscubas está, según propia confesión, pensada y construida especialmente para el espacio en que se expone. Ambos llevan dos años dando forma a esta muestra que compone un catálogo de su obra y de su andadura artística. Entre tanto, mientras ordenaban sus creaciones para que encajaran a la perfección en la galería bilbaína, surgió la oportunidad de exponer en la sala donostiarra Altxerri, lo que hicieron en septiembre pasado. "Algunas de las piezas han venido luego a Bilbao y otras no", indicó ayer Vicente.

Él es responsable de la parte más minuciosa de la creación artística conjunta y su hermano Fernando, de lo más imprevisible. "Planteamos un proyecto y lo vamos enriqueciendo entre los dos. Las tareas de taller las hacemos por separado", comenta Vicente.

Los Roscubas han separado sus caminos expositivos en muchas ocasiones. Cuando comenzaron su andadura, tenían la obra perfectamente delimitada, pero realizaban las exposiciones en común. "Decidimos unir nuestras experiencias artísticas y de ahí salió una tercera vía, que es en la que estamos ahora y que es la que más nos interesa", asegura Vicente.

"En esta muestra hay cosas que ha hecho uno y otras, el otro, lo que pasa es que el proyecto es común", dice Fernando. "Una cosa es hacer la obra y otra exponerla".

Voy a ser feliz define a la perfección el trabajo de los Roscubas, caracterizado por una gran variedad y experimentación. "Desde que empezamos nos dicen que una exposición nuestra parece una colectiva. Ahora ya hablan de coherencia", apunta Fernando.

Ironías

Trabajan muy distintos materiales, desde óleos sobre madera o sobre escayola a poliéster, acero o vinilo y distintos géneros, desde la pintura o las esculturas a las instalaciones. "Siempre hemos tendido a esa pluralidad", afirma Fernando, que cree que esa misma pluralidad es el hilo conductor de Voy a ser feliz. "Siempre hemos huido de la uniformidad. Estamos entregados a la creación", suscriben.

Todo ello se aprecia en Bilbao, en una exposición variada, pero con coherencia estética, cargada de la referencia irónica y lúdica que define a los Roscubas. "Lo irónico hace que la gente pueda llegar a toda la obra".

Voy a ser feliz reúne piezas muy recientes junto a otras de hace más de 20 años. Entre las primeras, Calor de hogar (2002), un montaje con tallas "auténticas" de Cristo de los siglos XVII y XVIII y muñecos Michelín. "La obra de 1977 la hemos incluido para que se vea su actualidad", explica Fernando. "Nosotros no siempre vamos hacia delante. Vamos y venimos. Rellenamos huecos en lo artístico", matiza su gemelo.