Los médicos que operaron a Milena ignoran por qué ha quedado en coma

La mujer sigue en estado vegetativo a los 10 meses de una liposucción

Ana Milena Toro, de 30 años, entró en la clínica Bruselas para hacerse una liposucción, pero salió de ella en coma y con lesiones cerebrales irreversibles que la mantienen en una cama sin responder a ningún estímulo. Los médicos que la atendieron creen que no hay una explicación por lo ocurrido y achacan a una fatalidad imprevisible las secuelas que sufre la paciente, según declararon ayer ante el juez.

Los tres facultativos que atendieron a Milena -C. O. P. y su hermana J. D. O. P., ambos cirujanos, y el anestesista Javier P.- declararon ayer ante el juez de instrucción número 16 de Ma...

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Ana Milena Toro, de 30 años, entró en la clínica Bruselas para hacerse una liposucción, pero salió de ella en coma y con lesiones cerebrales irreversibles que la mantienen en una cama sin responder a ningún estímulo. Los médicos que la atendieron creen que no hay una explicación por lo ocurrido y achacan a una fatalidad imprevisible las secuelas que sufre la paciente, según declararon ayer ante el juez.

Los tres facultativos que atendieron a Milena -C. O. P. y su hermana J. D. O. P., ambos cirujanos, y el anestesista Javier P.- declararon ayer ante el juez de instrucción número 16 de Madrid imputados en un delito de lesiones por imprudencia profesional, por el que podrían ser inhabilitados por seis años y condenados a cinco años de cárcel.

El proceso judicial deberá aclarar lo sucedido en la clínica Bruselas, propiedad de los dos hermanos acusados, en la noche del 23 al 24 de marzo de 2002. La colombiana Ana Milena fue operada a las 22.30 para extraerle grasa del vientre. A las 23.55 salió del quirófano en perfectas condiciones, según admite la acusación. La mujer despertó de la anestesia e incluso llegó a charlar unos minutos con su marido. En la sala de reanimación, sin embargo, Ana Milena sufrió una parada cardiorrespiratoria. Su corazón dejó de latir y el aire de entrar en sus pulmones; el oxígeno ya no llegaba a su cerebro.

Lo que pasó a continuación es lo que enfrenta a los médicos y a la familia de Ana Milena. Para la familia, ella estaba sola en la sala de reanimación, lo que impidió a los médicos aplicarle rápidamente las técnicas de reanimación. Según esta versión, los médicos estaban en otra dependencia de la clínica, contra lo que establece la ley, por lo que pasaron varios minutos hasta que se dieron cuenta de lo que ocurría. Cuando finalmente le aplicaron las técnicas de reanimación, la mujer recuperó el pulso y volvió a respirar. Pero, según la acusación, su cerebro había estado demasiado tiempo sin oxígeno, lo que le causó las secuelas.

Los acusados discrepan. Dicen que junto a la paciente había un equipo completo compuesto por un anestesista, dos cirujanos, un médico general y una enfermera. Y que intervinieron rápidamente cuando Ana Milena sufrió la crisis.

"Dicen que no se explican lo ocurrido, que pudo ser cualquier cosa. Que casos como éste suceden una vez cada varios miles de operaciones", explicó María Antonia Moral, presidenta de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa), que presta apoyo legal a la familia de Ana Milena. Los acusados declararon ayer ante el juez durante cuatro horas y no quisieron hacer declaraciones a la prensa. Dos enfermeras de la clínica también declararon como testigos. La clínica Bruselas contaba el día de la operación con todos los equipos técnicos y humanos que establece la ley, según la Consejería de Sanidad.

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Estos equipos, sin embargo, no salvaron a Milena de las secuelas. La mujer permanece inconsciente en la cama, sin responder a ningún estímulo. Está casada y tiene dos hijos, una niña de 10 años y un niño de uno. El embarazo de este último fue el que le hizo coger un poco de peso, que la mujer quería reducir con la operación.

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