Maragall consolida su ventaja en los sondeos, aunque sin alcanzar la mayoría absoluta

La ventaja del líder de los socialistas catalanes, Pasqual Maragall, en la carrera para las próximas elecciones autonómicas, previstas para el otoño, se consolida en cada sondeo que se da a conocer. Tanto es así, que ayer el presidente de Convergència i Unió (CiU) y de la Generalitat, Jordi Pujol, se vio en la posición, insólita para él, de tener que pedir a sus seguidores que sepan "resistir el impacto emotivo" de las encuestas, y "mantener la serenidad". Los nacionalistas ya no ocultan que están por detrás de Maragall y el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, reconoció ayer:...

La ventaja del líder de los socialistas catalanes, Pasqual Maragall, en la carrera para las próximas elecciones autonómicas, previstas para el otoño, se consolida en cada sondeo que se da a conocer. Tanto es así, que ayer el presidente de Convergència i Unió (CiU) y de la Generalitat, Jordi Pujol, se vio en la posición, insólita para él, de tener que pedir a sus seguidores que sepan "resistir el impacto emotivo" de las encuestas, y "mantener la serenidad". Los nacionalistas ya no ocultan que están por detrás de Maragall y el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, reconoció ayer: "El PSC tiene la fidelidad de su electorado y nosotros aún no del todo".

Estas palabras eran la respuesta a la publicación, ayer, de un sondeo por el diario La Vanguardia que da una estimación de voto del 43% para el PSC-Ciutadans pel Canvi y del 34,7% a CiU. Tan alarmante para CiU como esta desventaja de casi 9 puntos porcentuales, que sin embargo se traducen sólo en una diferencia de 6 escaños a favor de los socialistas, es que va acompañada de un descenso del PP, que tiene una estimación de voto de 7,8% y la pérdida de dos escaños. La caída conjunta de ambas fuerzas llevaría a la desaparición de la mayoría de centro derecha que actualmente sostiene a Pujol en el Parlament catalán.

El PP es superado en el sondeo por Esquerra Republicana (ERC), que se colocaría como tercera fuerza con una estimación del 10,7% de los votos y un aumento de tres diputados. Es la primera indicación clara de que la incorporación del ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, como presidente del PP en Cataluña no ha conseguido detener su tendencia a la baja. Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa registran una estimación de voto del 2,2% para toda Cataluña y del 3,1% en Barcelona, lo que le atribuiría dos escaños.

Los republicanos aprovecharon la ocasión para reivindicar por boca de su portavoz Joan Ridao su condición de partido con voluntad de gobierno. Ridao afirmó que la desaparición de la mayoría CiU-PP abre dos posibilidades de nueva mayoría parlamentaria. Por un lado, dijo, existiría la posibilidad de una "gran coalición" entre CiU y el PSC, que calificó como "continuismo estéril". Y, por otro lado, la entrada de ERC en el Gobierno. El diputado republicano no precisó, sin embargo, si su partido apuesta por un Gobierno de izquierdas con el PSC o mantiene la propuesta de pacto tripartito con PSC y CiU que ha defendido durante la presente legislatura.

Los datos de este sondeo son parecidos en sus grandes trazos al último dado a conocer por los socialistas hace un mes. Coinciden en asuntos tan significativos como que el 71% de los 1.500 encuestados consideran "bueno o muy bueno" que en las elecciones autonómicas haya un cambio político en Cataluña. Incluso la propia CiU filtró la semana pasada datos de un sondeo propio según el cual el PSC obtendría un escaño más que los nacionalistas.

Pero lo más inquietante para los nacionalistas es que su candidato a la presidencia, Artur Mas, no logra reducir la gran distancia que le separa de Maragall en los sondeos. El líder socialista recibe mejor valoración que Mas en todas las respuestas a una batería de 10 preguntas, con diferencias tan notables como que el 66% considera que Maragall es un político más cercano a los ciudadanos, mientras sólo el 18% atribuye esa cualidad a Mas. Maragall aventaja a Mas incluso en la pregunta sobre cuál de los dos sería mejor defensor de Cataluña, que es el ámbito en el que los nacionalistas se consideran a sí mismos como abanderados.

Nerviosismo

La consolidación de la ventaja de Maragall ha causado nerviosismo entre los nacionalistas, que han decidido mantener a Pujol en la primera fila del debate político, en vistas de que Mas no logra convertirse en antagonista de Maragall. El líder socialista está claramente en primer lugar en la valoración de los cinco políticos que encabezarán las candidaturas en las elecciones autonómicas. En una valoración de 1 a 10, Maragall obtiene un 6,1; Artur Mas recibe un 5,7; el secretario general de ERC, Josep Lluís Carod, tiene un 5,1; el presidente de Iniciativa per Catalunya Verds, Joan Saura, un 5; Josep Piqué, presidente del PP catalán, es el único que suspende, con un 4,6.

Los nacionalistas han rechazado de plano la proposición de ley electoral presentada por los socialistas para terminar con la normativa transitoria que se aplica desde las elecciones autonómicas de 1980, que permite que el partido que recibe más votos no sea el que obtiene más escaños, como sucedió en las últimas elecciones autonómicas, y sustituirla por otra que dé el mismo valor a los votos en todas las provincias. Esta negativa obedece a que si CiU pierde la ventaja que le otorga este sistema electoral, la pérdida de escaños que auguran los sondeos sería mayor.