OPINIÓN DEL LECTOR

Olvidar datos

Recientemente, el ministro de Justicia, José María Michavila, ha pronunciado una frase aparentemente simple, pero que tapa una realidad que no interesa sacar a la luz. Me refiero, en concreto, a la del día 11 de enero: "Hay que impulsar reformas... y no permitir que gente que viene del extranjero no lo haga para trabajar y generar calidad de vida". ¿Quién puede discutir una afirmación de este calibre?, seguramente nadie. Pero hace falta ver que parte de la idea, errónea, de que se puede venir a trabajar por cauces legales. Y no nos explican, claro está, que desde hace un año es imposible que u...

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Recientemente, el ministro de Justicia, José María Michavila, ha pronunciado una frase aparentemente simple, pero que tapa una realidad que no interesa sacar a la luz. Me refiero, en concreto, a la del día 11 de enero: "Hay que impulsar reformas... y no permitir que gente que viene del extranjero no lo haga para trabajar y generar calidad de vida". ¿Quién puede discutir una afirmación de este calibre?, seguramente nadie. Pero hace falta ver que parte de la idea, errónea, de que se puede venir a trabajar por cauces legales. Y no nos explican, claro está, que desde hace un año es imposible que un trabajador

extranjero extracomunitario llegue a España de forma legal a pesar de tener una oferta de trabajo de un empresario concreto. Me refiero al llamado régimen general de la Ley de Extranjería, que el Gobierno del PP suspendió hace un año (es decir, dejó sin efecto una ley elaborada por este mismo Gobierno).

Hoy sólo se puede venir a cubrir un número reducido de puestos de trabajo mediante un sistema, el de contingentes, que el propio Gobierno español reconoce que ha sido un fracaso.

Cerrar las fronteras y vincular inmigración con delincuencia es una fórmula popular que sirve a los intereses de los populares.

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