Lleida planea convertir los cuarteles de Gardeny en el centro de ocio de la ciudad

La decisión crea malestar en el sector y ERC insinúa que el proyecto ya tiene adjudicatario

El Ayuntamiento de Lleida quiere convertir los viejos cuarteles militares de Gardeny, abandonados por el Ejército de Tierra en 1996 y adquiridos por el consistorio dos años después por algo más de 16 millones de euros, en el principal centro de ocio de la ciudad y de esa manera acabar con las molestias que soportan los vecinos de la zona alta, donde está concentrada la mayor oferta de ocio nocturno y bares musicales. El Ayuntamiento planea adjudicar el proyecto mediante concurso. El sector del ocio ha mostrado su malestar y ERC insinúa que el proyecto tiene ya concesionario concreto.

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El Ayuntamiento de Lleida quiere convertir los viejos cuarteles militares de Gardeny, abandonados por el Ejército de Tierra en 1996 y adquiridos por el consistorio dos años después por algo más de 16 millones de euros, en el principal centro de ocio de la ciudad y de esa manera acabar con las molestias que soportan los vecinos de la zona alta, donde está concentrada la mayor oferta de ocio nocturno y bares musicales. El Ayuntamiento planea adjudicar el proyecto mediante concurso. El sector del ocio ha mostrado su malestar y ERC insinúa que el proyecto tiene ya concesionario concreto.

La iniciativa, sin embargo, nace en medio de una polémica inesperada. La Comisión Municipal de Urbanismo ha dado a conocer el pliego de condiciones del concurso público para la concesión administrativa de los terrenos municipales en los que está previsto ubicar el complejo lúdico. Esta zona de diversión nocturna, de una hectárea de superficie, estará situada junto a las piscinas municipales de Gardeny, donde el pasado verano ya funcionó con notable éxito un bar musical con terraza al aire libre. El amplio aparcamiento y la notable distancia que existe entre el lugar y la zona habitada más próxima son dos de las principales ventajas.

Algunos empresarios del sector no encuentran lógicas las prisas con las que el consistorio quiere adjudicar la concesión y aseguran tener motivos para creer que no parten todos en igualdad de condiciones. El grupo municipal de Esquerra Republicana-Els Verds (ERC-EV), que fue el primero en proponer la idea de construir un complejo de ocio en los cuarteles de Gardeny, se ha sumado también a las críticas afirmando que el Ayuntamiento, gobernado en coalición por el PSC e ICV, quiere organizar un "monopolio del ocio" en la colina de Gardeny, lo cual ocasionará muchos perjuicios al sector y puede desencadenar una guerra no deseable.

En medio de esta polémica, el portavoz de ERC, Xavier Sáez, ha llegado a insinuar que el complejo ya está adjudicado de antemano a una determinada empresa de la ciudad. Sáez explicó que el pasado mes de octubre un empresario del sector, cuyo nombre no dio, estuvo en el recinto tomando medidas cuando todavía no se conocían las bases del concurso. "Tengo la sensación de que esta concesión está más cocinada que el pavo de Navidad", añadió el edil republicano.

El concejal de ERC critica que el consistorio haya fijado un plazo de 26 días para presentar las ofertas con los correspondientes proyectos y considera "sospechosa" tanta urgencia en querer adjudicar el concurso. Xavier Sáez es partidario de un modelo más abierto para la nueva área de ocio, que podría gestionarse a través de un consorcio que permitiría la participación de un mayor número de empresarios.

Las bases del concurso establecen que el adjudicatario de la concesión deberá instalar como mínimo dos bares musicales, una discoteca y un restaurante, y encargarse de la explotación del bar de las piscinas durante el tiempo de la concesión, que será de cinco años. El concejal republicano también criticó que el precio de la concesión administrativa sea sólo de 24.000 euros anuales, una cantidad similar a la que pagaron por sólo cuatro meses los propietarios de la carpa instalada el pasado verano en la zona. Sáez advierte de que si el proceso de adjudicación del concurso no se hace de una forma limpia, el complejo puede convertirse en "un nido de broncas".

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El concejal de Urbanismo del consistorio, Lluís Torres, ha manifestado que a la hora de elegir la mejor oferta se valorarán sobre todo el diseño y la estética de las carpas, las mejoras en el entorno y la aportación económica del canon de la concesión.

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