Columna

Duelo

Si hay que atenerse al reflejo semiótico de la fotografía de Francisco Pontes bajando las escaleras de la puerta de la sede de Aguas de Valencia, tras haber sido destituido del cargo de director general, ni él ni su socio Aurelio Hernández, el ex consejero delegado, parece que estén jugando de farol en este duelo que ha destapado la maraña mediática que alentaba Eduardo Zaplana en vísperas de la privatización de Canal 9. Pontes eligió para ese anunciado día una chaqueta con cerillera alta y faldón hasta la rodilla, del mismo corte que popularizó Lee Van Cleef en sus películas de pistolero impl...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Si hay que atenerse al reflejo semiótico de la fotografía de Francisco Pontes bajando las escaleras de la puerta de la sede de Aguas de Valencia, tras haber sido destituido del cargo de director general, ni él ni su socio Aurelio Hernández, el ex consejero delegado, parece que estén jugando de farol en este duelo que ha destapado la maraña mediática que alentaba Eduardo Zaplana en vísperas de la privatización de Canal 9. Pontes eligió para ese anunciado día una chaqueta con cerillera alta y faldón hasta la rodilla, del mismo corte que popularizó Lee Van Cleef en sus películas de pistolero implacable para ocultar sus sofisticados revólveres y sus correspondientes cartucheras rellenas de munición. Incluso imitaba la mirada de acero que este actor había desarrollado con todos los registros de malvado desde El hombre que mató a Liberty Valance a El bueno, el feo y el malo. Las supuestas cámaras y micrófonos ocultos hallados en sus despachos apuntan hasta dónde son capaces de llegar estos dos tipos despechados por haber sido apartados del negocio sin una suculenta compensación, que por otro lado puede que acabe llegando. La instrumentalización desde el poder de entidades públicas y privadas para propiciar un grupo mediático afín (el caso Zaplana, como lo llama ya la SER) tampoco supone ningún desliz en la trayectoria del ex presidente de la Generalitat. Después de todo, su vida política está jalonada de episodios no menos llamativos que éste, y cuyo único objetivo era alcanzar el poder o mantenerse en él. Quizá por eso sus representantes en la tierra minimizan el asunto e insisten en que no hay nada, aunque el documento del grupo Bouygues lo retrate en negro sobre blanco. Nada que no se haya hecho antes con impunidad en éste u otros ámbitos, incluso puede que también lo hicieran otros, y ahí está el servicio de arqueología de Presidencia levantando alcantarillas para demostrarlo, mientras alentan la cortina de humo de que se trata de una disputa entre medios. En el supuesto cándido de que sólo se trate de dos cuatreros (Roldán lo fue y el PP y su entorno se volcaron en él), quien ahí los puso habrá de responder por ellos. Y en esa rifa Zaplana tiene todos los números.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En