Joan Manuel Serrat 'cierra' el teatro Albéniz seis noches
El éxito de su último disco, Versos en la boca, y el prestigio de su larga carrera han hecho que Joan Manuel Serrat ponga el cartel de "no hay entradas" durante seis noches seguidas en el teatro madrileño Albéniz. Un lujo al alcance de muy pocos que no significa que la escena musical se haya quedado inmóvil. Hay alternativas esta semana con Ruibal, Chambao, Tabletom o Mártires del Compás, cuatro maneras distintas y gozosas de entender los ritmos del sur español.
- Serrat y otros autores. Instalado en el Olimpo, es difícil cuestionarle talento a Serrat, el cantautor que, p...
El éxito de su último disco, Versos en la boca, y el prestigio de su larga carrera han hecho que Joan Manuel Serrat ponga el cartel de "no hay entradas" durante seis noches seguidas en el teatro madrileño Albéniz. Un lujo al alcance de muy pocos que no significa que la escena musical se haya quedado inmóvil. Hay alternativas esta semana con Ruibal, Chambao, Tabletom o Mártires del Compás, cuatro maneras distintas y gozosas de entender los ritmos del sur español.
- Serrat y otros autores. Instalado en el Olimpo, es difícil cuestionarle talento a Serrat, el cantautor que, posiblemente, mejores canciones ha dejado escritas en castellano y catalán hace 20 y 30 años. Sin embargo, se han levantado muchas voces críticas que aseguran que ha perdido la inspiración en los últimos tiempos. Aunque su voz no sea la misma, con Versos en la boca se ha reivindicado con el soniquete antiguo del pianista y arreglista Ricardo Miralles y unos textos que vuelven a incidir en esa cínica y simpática autocomplacencia de la que siempre ha hecho gala. Al margen de novedades discográficas, el gran prestigio que atesora le hace vivir una semana gloriosa en Madrid con todas las entradas agotadas.
Pero su éxito no debe hacer olvidar que muchos otros artistas luchan por hacerse un hueco en el desolado panorama de la canción de autor española. Así, un eterno incomprendido, Javier Ruibal, vuelve a recrearse una noche más en esas canciones de vocación viajera que entrañan toda la esencia del sur hispano. Las damas primero, su último disco, publicado hace un año, le ha proyectado como un autor de peso fuera de España y sus canciones han sido incluidas en prestigiosas recopilaciones de músicas del mundo.
Con la mirada también puesta en la raíz andaluza, el grupo Mártires del Compás llega para presentar Empaquetado el vacío, un disco que demuestra las ganas de seguir inventado nuevos caminos musicales que tiene el grupo sevillano, liderado por el iconoclasta Chico Ocaña. Desde otra mirada rotundamente diferente, los malagueños Chambao arriman las sonoridades flamencas a la música electrónica y al chill-out. Del mismo punto de partida, pero acercándolo al rock, Tabletom presentan su última entrega discográfica, titulada 7.000 kilos.
El madrileño José María Granados, desde el pop; el bilbaíno Tontxu, desde el compromiso, y el cubano Boris, fusionando rock y son, demuestran que no todo está perdido a la hora de hacer buenas canciones desde la originalidad y el intimismo. A todos ellos se ha de añadir el último argentino afincado en Madrid, Adrián Sepiurca. Su propuesta, cargada de personales y hermosas canciones de regusto brasileño y porteño, mantiene la esperanza de la renovación y reclama a gritos una compañía que se atreva a editarlas.
- Del pop al jazz. El pop español se renueva con el septeto madrileño Migala, que anda levantando grandes expectativas pero al que le falta todavía el reconocimiento popular. Álex de la Nuez, célebre por sus participaciones en los últimos momentos de Tequila y Los Zombies, y luego a dúo con Christina Rosenvinge, regresa con un segundo disco en solitario donde se interna en la lounge music y en la bossa. David Montes, que ha puesto muchas veces la voz en los discos de La Vargas Blues Band, experimenta con la electricidad y la música tropical. Nacho Béjar, inseparable durante muchos años de Antonio Vega, también intenta carrera en solitario.
El blues americano se hace madrileño con el británico Steve Zee y con el grupo Red House. Mopongo trae la contestación insurgente verbenera y encabeza un festival en defensa de la emisora independiente madrileña Onda Latina. Las visitas internaciones del rock vienen de Suecia, con los contundentes Hellacopters, y de Estados Unidos, con Jimmy Eat Word.
Jerry González vuelve a aparecer como la figura inmensa del jazz de la semana. Su trompeta y congas bien valen para recrear el jazz más clásico o inmiscuirse en el de sonoridades latinas, donde es todo un maestro y ha creado escuela desde los tiempos de Fort Apache, el proyecto que fundó en Nueva York a mediados de los setenta. Jayme Marques también aporta su guitarra al género, aunque con muchos toques de su Brasil natal.
- Voces de mujer. El fado suena nuevo con Névoa, una artista que dice ser de ninguna parte y que pasa la semana en el Central. Gabriela Anders consta también como una renovadora, pero en su caso, del jazz contemporáneo. La presencia femenina se agranda con Karen Ramírez, una artista londinense que, por razones familiares, pasó la infancia entre la capital británica y el Caribe. En su música cabe el calypso, el reggae y otros ritmos tropicales, que se mezclan con el dub, el soul, el funky y la electrónica. Distant Dreams se llamó su sorprendente disco debú que, por publicado a finales del siglo pasado, reclama ya continuidad. La diseñadora Maica de la Carrera presenta un desfile de modas, concebido casi más como un encuentro musical. Sus diseños tienen en África la inspiración; por eso durante el desfile miembros de grupos como Mamah África, Afrobrass o Áfrika Lisanga servirán la banda sonora.
A Brasil suenan las canciones de Beatrice Binotti, mientras que a gospel y negro espiritual las que desgrana Sheila Cuffy. Su presencia, tanto al frente de Inside Voices como en solitario, es ya un clásico de la noche musical madrileña.