El chárter de la gripe

El virus afecta ya a nueve jugadores del Madrid, que ayer emprendió su maratoniano viaje a Tokio

"La única preocupación del equipo son las 13 horas y media de vuelo a Tokio". Roberto Carlos minimizó así ayer las dudas que planean sobre el juego del Real Madrid. Lo hizo al mediodía, poco antes de partir rumbo a Japón para disputar, el martes, la final de la Copa Intercontinental ante el Olimpia de Asunción. Y lo hizo con la voz apenas audible por una amigdalitis. Roberto Carlos ha incubado la gripe. Y Ronaldo. Y Flavio Conceiçao. Y Solari. Y Pavón. Y César. Y Celades. Y Figo. Y McManaman. Hasta nueve jugadores blancos han sucumbido ya a la epidemia.

Por eso, la apariencia del apresu...

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"La única preocupación del equipo son las 13 horas y media de vuelo a Tokio". Roberto Carlos minimizó así ayer las dudas que planean sobre el juego del Real Madrid. Lo hizo al mediodía, poco antes de partir rumbo a Japón para disputar, el martes, la final de la Copa Intercontinental ante el Olimpia de Asunción. Y lo hizo con la voz apenas audible por una amigdalitis. Roberto Carlos ha incubado la gripe. Y Ronaldo. Y Flavio Conceiçao. Y Solari. Y Pavón. Y César. Y Celades. Y Figo. Y McManaman. Hasta nueve jugadores blancos han sucumbido ya a la epidemia.

Por eso, la apariencia del apresurado grupo que abandonó el autobús para abordar el vuelo que les dejará, tras sobrevolar Londres, Varsovia y Mongolia, en el aeropuerto japonés de Narita, era la de una expedición al polo norte: bufandas, abrigos hasta las rodillas, gruesos jerseis, y gargantas inflamadas. Y así, con ese cuadro, la plantilla del Madrid, que viajó al completo, con enfermos y sanos, fue desapareciendo por las escalerillas del chárter.

"Fíjense, en un avión cerrado, con el aire acondicionado a tope y los virus a sus anchas..."
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El doctor Hernández prolongó su preocupación ante la epidemia: "El problema no son los jugadores que ahora tienen síntomas, sino los que los evidencien dentro de un par de días". Hernández desplegó todo el muestrario de dolencias invernales que aqueja al vestuario blanco: "Tenemos cuadros de amigdalitis, gripes y catarros".

Los nueve jugadores afectados hasta el momento tendrán que cumplir con unas normas de precaución impuestas por el cuerpo médico. Los griposos se sentaron juntos en el avión y aislados del resto de los jugadores. Además, en la concentración tendrán que compartir habitación entre ellos y relacionarse lo menos posible con sus compañeros. Pese a las medidas, el doctor se prometía una dura jornada de trabajo: "Fíjense, en un avión cerrado, con el aire acondicionado a tope y los virus circulando a sus anchas...".

Ronaldo, uno de los primeros en caer y en transmitir el virus, ayer se entrenó embutido en un chándal cubierto por un chubasquero hasta más allá de los muslos y una bufanda negra. Sin embargo, el brasileño, es, de los afectados, el que más ha avanzado en su recuperación. Su rostro ya no tiene nada que ver con el que mostró a su llegada a Madrid el sábado desde Barcelona, cuando abandonó al equipo unas pocas horas antes de disputarse el clásico. "Ahora el botiquín lo van a llevar otros", dijo risueño Ronaldo. El relevo, entre otros, lo ha tomado el canterano Pavón, que confesaba con los ojos enrojecidos y la voz rota estar "muy jodido".

Además de las bajas por enfermedad, también viajaron los lesionados Hierro, Raúl Bravo, Guti y Makelele. El capitán, que sufría un esguince en su tobillo derecho, ha reducido los plazos estimados para su recuperación y, seguramente, podrá jugar. Los otros tres afectados también podrían estar disponibles.

El que aparentemente no padece ninguna dolencia es el francés Zidane. Sin embargo, los médicos reconocían a principios de esta semana que el francés tiene un "punto débil en su espalda". Punto que le impidió jugar el sábado en el Camp Nou y que, incluso, al terminar el choque de hace tres semanas ante el Rayo, no le permitió siquiera agacharse a recoger las llaves del coche, que se le habían caído al suelo.

Otra de las precauciones del club ha sido repartir un librito con instrucciones para combatir el cambio de huso horario. Las ocho horas de diferencia entre Japón y España han provocado que los servicios médicos de la entidad elaborasen 14 puntos de obligado cumplimiento para la plantilla. Los síntomas del cambio de hora son: irritabilidad, mal humor, fatiga y malestar general. Entre las recomendaciones está, por ejemplo, evitar la siesta o darse paseos por los pasillos del avión durante el vuelo. También el quedarse solos en las habitaciones una vez en el hotel o tumbarse en la cama excepto "si se tiene mucho sueño". La expedición dispondrá de un saloncito para que todos los jugadores que no puedan conciliar el sueño se reúnan a ver la televisión.

Ronaldo, Zidane y Del Bosque, en primer plano, embarcan rumbo a Japón.ULY MARTÍN

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