Francia y España acuerdan expulsar de sus aguas a los petroleros en mal estado

Los Gobiernos de Francia y España se aferran al artículo 56 de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar para aplicar, desde hoy, su propia política de Seguridad Marítima. Todos los barcos monocasco de más de 15 años de edad que transporten mercancías peligrosas, como petróleo, fuel o alquitrán, y no ofrezcan suficientes garantías de seguridad, serán abordados en las aguas de soberanía de ambos países y expulsados a más de 200 millas de la costa. Así lo acordaron ayer el presidente español, José María Aznar, y el jefe del Estado francés, Jacques Chirac, durante la celebración en Málaga ...

Los Gobiernos de Francia y España se aferran al artículo 56 de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar para aplicar, desde hoy, su propia política de Seguridad Marítima. Todos los barcos monocasco de más de 15 años de edad que transporten mercancías peligrosas, como petróleo, fuel o alquitrán, y no ofrezcan suficientes garantías de seguridad, serán abordados en las aguas de soberanía de ambos países y expulsados a más de 200 millas de la costa. Así lo acordaron ayer el presidente español, José María Aznar, y el jefe del Estado francés, Jacques Chirac, durante la celebración en Málaga de la cumbre hispano-francesa.

"Hoy hemos decidido que las cosas han llegado demasiado lejos", señaló Chirac para justificar una medida pensada para evitar catástrofes como la del petrolero Prestige, que transportaba 77.000 toneladas de fuel con alto contenido en azufre. De ellas, 20.000 han acabado en el mar para ruina de miles de pescadores, mariscadores y armadores en un desastre que afecta a más de 500 kilómetros de las costas gallegas.

Nuevas manchas de combustible son detectadas a 30 kilómetros de las costas asturianas

El consejero gallego de Medio Ambiente fue de caza con Fraga el día que el fuel llegó a la costa

Los monocascos de más de 15 años cargados de petróleo serán desviados a más de 200 millas

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, explicó ayer que no pensaba dimitir, como le pide la oposición por haber estado de cacería en Aranjuez (Madrid) el mismo día en que las primeras toneladas de fuel del Prestige alcanzaron las playas gallegas. Le acompañaron en la jornada de caza sus consejeros de Obras Públicas y Medio Ambiente.

Por otra parte, el vicepresidente de la sociedad ABS, que certificó el buen estado del Prestige hace año y medio tras una inspección especial en China con garantía de cinco años, declara en una entrevista a EL PAÍS que el Gobierno español pudo haber evitado la catástrofe.