80.000 musulmanes inician en Madrid el ayuno del Ramadán

El Ramadán, el mes del perdón y el ayuno, comenzó el miércoles para los casi 80.000 ciudadanos que, según cálculos de la Unión de Comunidades Islámicas de España, profesan la fe musulmana en Madrid. El rito comienza con la luna nueva y finaliza cuando ésta deja de ser una mancha negra en el firmamento, es decir, el próximo 5 de diciembre. En ese período no podrán comer, beber, fumar o tener relaciones sexuales en las horas de luz solar.

Akbib Faouzi no le veía antes sentido a seguir el Ramadán. 'Me parecía una tontería, una tradición nacida en una sociedad de pastores que no tenía senti...

El Ramadán, el mes del perdón y el ayuno, comenzó el miércoles para los casi 80.000 ciudadanos que, según cálculos de la Unión de Comunidades Islámicas de España, profesan la fe musulmana en Madrid. El rito comienza con la luna nueva y finaliza cuando ésta deja de ser una mancha negra en el firmamento, es decir, el próximo 5 de diciembre. En ese período no podrán comer, beber, fumar o tener relaciones sexuales en las horas de luz solar.

Akbib Faouzi no le veía antes sentido a seguir el Ramadán. 'Me parecía una tontería, una tradición nacida en una sociedad de pastores que no tenía sentido en nuestro mundo posindustrial', asegura. De hecho llevaba sin practicar este ayuno anual desde que, hace 17 años, llegase a España desde su Tetuán natal. Pero este año ha decidido cumplir con este precepto islámico. 'Vas madurando, te vas centrando y tienes otras necesidades espirituales. Además, en los últimos tiempos he pasado una etapa personal de muchos cambios; he sufrido un bache económico, he tenido mi primera hija y se me ha muerto un buen amigo', explica este hombre de 31 años, que trabaja de cristalero.

Akbib asegura no sentirse débil en el trabajo durante estos días. Pero sí le cuesta tener que renunciar al cafelito de la mañana y a los cigarrillos que fuma con fruición. 'Aún así me siento satisfecho porque es lo que quiero hacer', añade. Sabe que sus compañeros de trabajo españoles no entienden su postura, aunque la respetan. Tampoco siente ningún rechazo por ser musulmán. 'La vida diaria es como siempre, pero el siglo ha empezado tremendo, y parece como si el Islam tuviera la culpa de todo', reflexiona, y añade que a su hija le dará una formación laica.

Diferentes creencias

'Quizá mi forma de ver la religión es diferente de la de otra gente, pero yo no creo que uno sea mejor ni peor por tener tal o cual creencia', concluye. Melika, de 40 años, también lo cree así. 'Yo voy a la iglesia a las bodas y comuniones de mis amigos españoles y de sus hijos, pero sé que esa no es mi religión', puntualiza esta mujer de Tánger, que lleva 18 años en Madrid. 'Vine a España a pasar unas vacaciones porque aquí vivían mis hermanas, me enamoré del país y me quedé', añade esta inmigrante, que se califica a sí misma como una persona 'bastante religiosa'. Empleada como limpiadora, no siente que el ayuno le reste fuerzas. 'Al contrario, trabajo mejor que con el estómago lleno', asevera convencida esta vecina del barrio de Cuatro Caminos.

Las 32 mezquitas que hay en la región (hace cinco años no había más de diez) viven estos días un bullicio especial. Numerosos fieles acuden a ellas a la oración de Ramadán, que se celebra hacia las 20.30. Las dos más concurridas son la de Abu Bakr, en el distrito de Tetuán, y el Centro Islámico de la M-30, en el barrio de La Concepción. El resto son en realidad pequeños oratorios.

Riay Tatari, imán de la mezquita de Tetuán y presidente de la Unión de Comunidades Islámicas, asegura que casi ocho de cada diez musulmanes madrileños tienen la nacionalidad española. Unos son extranjeros nacionalizados y otros autóctonos. 'En Madrid hay pocos inmigrantes de religión musulmana en comparación con otras comunidades autónomas y la mayoría proceden de Marruecos', explica.

También están exentos de seguir el ramadán los ancianos, los enfermos, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y los niños hasta la pubertad. El ramadán, noveno mes del calendario musulmán, es uno de los cinco preceptos básicos del islam junto a la limosna, la oración, la peregrinación a La Meca, las cinco oraciones diarias y la confesión de fe.