Crítica:CRÍTICAS

Amnesia y supervivencia

En los últimos años, y con independencia de quién sea el inquilino de la Casa Blanca, el cine americano se ha lanzado a producir películas que tienen (casi) un único objeto: recordarnos lo perversas que pueden ser las agencias secretas que escapan, por su propia naturaleza, al control democrático. De esta forma, la CIA, la DEA, el FBI e incluso muchas otras que son exclusivo invento cinematográfico (pero que, ojo, con su mera existencia recuerdan que alguien vela siempre por los intereses americanos: aunque sea saltándose la ley) han sido objeto de los dardos envenenados de guionistas y direct...

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En los últimos años, y con independencia de quién sea el inquilino de la Casa Blanca, el cine americano se ha lanzado a producir películas que tienen (casi) un único objeto: recordarnos lo perversas que pueden ser las agencias secretas que escapan, por su propia naturaleza, al control democrático. De esta forma, la CIA, la DEA, el FBI e incluso muchas otras que son exclusivo invento cinematográfico (pero que, ojo, con su mera existencia recuerdan que alguien vela siempre por los intereses americanos: aunque sea saltándose la ley) han sido objeto de los dardos envenenados de guionistas y directores... sin ponerlas jamás en cuestión como instituciones, sino recordando que en ellas todos los comportamientos desviados se producen por la humana codicia.

EL CASO BOURNE

Director: Doug Liman. Intérpretes: Matt Damon, Franka Potente, Chris Cooper, Clive Owen, Brian Cox. Género: acción, EE UU, 2002. Duración: 120 minutos.

El caso Bourne es la última en engrosar la larga lista de este productivo subgénero del filme de espías. Tiene diferencias que la singularizan como propuesta: rodaje en Europa, acción trepidante, espectacularidad (aunque ésta, bien mirado, es casi un peaje obligatorio del subgénero), una trama misteriosa que sólo se aclara cuando llevamos casi hora y media de metraje (y que resulta efectiva; gran parte del interés del filme reposa en el no esclarecimiento de su secreto arranque).

Entre que la acción resulta casi siempre impecable (una gentileza de los especialistas franceses, los mejores del continente) y que por ella campa la espléndida Franka Potente, apenas queda tiempo para pedirle menos efectos especiales y más sustancia. O para añorar viejas películas del género en momentos más inspirados que el actual: El mensajero del miedo, Teléfono...

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