Crónica:HISTORIAS DEL COMER

Rompiendo la rutina riojana

Surgen muchas veces quejas de que haya zonas o regiones poco evolucionadas en cuestión culinaria. Es el caso de La Rioja, donde, en general, se come estupendamente, pero cuyas ofertas culinarias son siempre las mismas. Todo muy previsible e incluso rutinario. Los visitantes que llegan a esa comunidad tienen bastante culpa de ello, pues siempre quieren comer lo mismo: patatas a la riojana, caparrones, chuletillas, melocotones al vino y poco más. Se dice que el propio Paul Bocuse, en plena efervescencia de los movimientos renovadores y tras probar en una famosa bodega las patatas con chorizo, di...

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Surgen muchas veces quejas de que haya zonas o regiones poco evolucionadas en cuestión culinaria. Es el caso de La Rioja, donde, en general, se come estupendamente, pero cuyas ofertas culinarias son siempre las mismas. Todo muy previsible e incluso rutinario. Los visitantes que llegan a esa comunidad tienen bastante culpa de ello, pues siempre quieren comer lo mismo: patatas a la riojana, caparrones, chuletillas, melocotones al vino y poco más. Se dice que el propio Paul Bocuse, en plena efervescencia de los movimientos renovadores y tras probar en una famosa bodega las patatas con chorizo, dijo, apuntalando, sin pretenderlo, el inmovilismo: 'Para qué quieren nueva cocina si tienen estas patatas'.

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Afortunadamente, hay una buena noticia para la renovación culinaria riojana: la inauguración en julio pasado de un restaurante rompedor en el corazón mismo de Logroño. Su rupturismo atañe no sólo a la cocina que oficia, sino también a sus instalaciones de diseño vanguardista. Se trata de Kabanova Comedor, nombre elegido por su propietario, Víctor Fernández Pinedo, en homenaje a Katia Kabanova, una ópera del checo Leos Janacek.

Su cocina con bases tradicionales es singular, imprevisible, con mucha chispa y, por lo general, resuelta con indudable aciertos. Plantea delicados aperitivos, como la crema de queso de cabra con trufa, sésamo, aceite de oliva y miel. Suculentas y hogareñas son las lasañitas de langostino y mejillón con cremosa bechamel de perejil y excelentes las láminas de hígado de pato con reducción de Oporto y virutas de apio y praliné de almendras.

Resulta menos fiero de lo que parece el pimiento relleno de una magnífica morcilla de verduras y salsa de caparrones. Un tanto inédita es la guarnición de hongos con salsa negra que acompaña a los chipirones salteados con polvo de senderuelas. Sorprende por lo atípico, y más por estos lares, el solomillo de canguro (muy gustoso) con una salsa de mojo picón bastante atemperada en su fuerza. Los postres son ligeros y divertidos, como la mousse de yogur con torrija borracha o el helado de melocotón y vino con merengue gratinado y macedonia. Bodega corta, pero bien seleccionada y servicio impecable.

Kabanova Comedor: Guardia Civil, 9; Logroño. Tel: 941 21 29 95. Tarjetas: Sí. Cierra: Noches de domingo a miércoles. Precio medio: 29 euros. Calificación (provisional): 6,5/10.

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