Un F-18 escoltó en julio a un avión por las amenazas de un pasajero borracho

No es la primera vez que un avión de combate es enviado por el Ministerio de Defensa, a requerimiento de la autoridad competente, para dar escolta a un avión de pasajeros en situación de emergencia. El pasado 19 de julio, un caza F-18 escoltó dos horas a un Boeing 767 de la compañía Avianca procedente de Bogotá (Colombia), en el que uno de los 144 viajeros, Perfecto Manuel Vázquez Expósito, de 40 años, amenazó al pasaje y a la tripulación. Ante la gravedad de las intenciones del agresor, el capitán del avión, Luis Eduardo Gutiérrez, pidió a la torre de control del aeropuerto de Barajas el proc...

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No es la primera vez que un avión de combate es enviado por el Ministerio de Defensa, a requerimiento de la autoridad competente, para dar escolta a un avión de pasajeros en situación de emergencia. El pasado 19 de julio, un caza F-18 escoltó dos horas a un Boeing 767 de la compañía Avianca procedente de Bogotá (Colombia), en el que uno de los 144 viajeros, Perfecto Manuel Vázquez Expósito, de 40 años, amenazó al pasaje y a la tripulación. Ante la gravedad de las intenciones del agresor, el capitán del avión, Luis Eduardo Gutiérrez, pidió a la torre de control del aeropuerto de Barajas el procedimiento especial de emergencias para que le escoltara una aeronave militar. El agresor, con antecedentes por tráfico de drogas, había sido deportado desde México por estancia ilegal.

El vuelo AVA 010 salió de México e hizo escala en Bogotá. Desde el principio del viaje estaba a bordo Manuel Vázquez Expósito y un acompañante de éste. Ambos habían sido expulsados de México, sin custodia policial, por carecer de permiso de residencia. Las autoridades españolas desconocían esta circunstancia. A las dos horas de despegar del aeropuerto colombiano, Vázquez, que contaba con varios antecedentes policiales por tráfico de estupefacientes, comenzó a alborotar dentro del avión. El agresor, que estaba ebrio y viajaba en la zona turista, sacó una botella de güisqui y comenzó a beber, lo que aumentó su agresividad. De repente, empuñó un punzón y empezó a amenazar de muerte a la tripulación. A medida que su borrachera aumentaba, sus modos se volvían más violentos.

Cuando la aeronave se encontraba en medio del océano y ante la amenaza de Vázquez de que iba a explosionar un artefacto, el piloto del Boeing 767 se puso en contacto con la torre de control del aeropuerto de Barajas. Tras explicarle la situación, solicitó el procedimiento de emergencia, que incluye que uno o más aviones de combate escolten a la aeronave.

Cuando el Boeing 767 entró en el espacio aéreo español, un caza F-18 procedente de la base de Torrejón de Ardoz le escoltó y le dirigió a este aeródromo militar, donde aterrizó unas dos horas después. El agresor, a quien el pasaje logró reducir, fue detenido.

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