OPINIÓN DEL LECTOR

La dignidad en el trabajo y el 'mobbing'

Recientemente he leído un lúcido y riguroso análisis del acoso laboral, un fenómeno que sufren, y hemos sufrido, muchos trabajadores. Se asevera la gravedad de la cuestión concluyendo que 'era necesario tomarse en serio el tema'.

En mi caso, he sido objeto de un acoso sistemático por parte de la multinacional Merck Sharp & Dohme SAE, para la que trabajé desde 1972 a 2001. Al reincorporarme tras un proceso de enfermedad, MSD decidió no continuar con mis servicios y no se atiene a la indemnización que la ley determinaba.

Persiguiendo la renuncia voluntaria, empiezan una auténtica '...

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Recientemente he leído un lúcido y riguroso análisis del acoso laboral, un fenómeno que sufren, y hemos sufrido, muchos trabajadores. Se asevera la gravedad de la cuestión concluyendo que 'era necesario tomarse en serio el tema'.

En mi caso, he sido objeto de un acoso sistemático por parte de la multinacional Merck Sharp & Dohme SAE, para la que trabajé desde 1972 a 2001. Al reincorporarme tras un proceso de enfermedad, MSD decidió no continuar con mis servicios y no se atiene a la indemnización que la ley determinaba.

Persiguiendo la renuncia voluntaria, empiezan una auténtica 'cacería' contra mí, consistente en degradaciones, sanciones sin fundamento, traslados injustificados por toda España, aislamiento, vigilancia con detectives y otras trampas que me originaron cuadros de angustia, ansiedad e inestabilidad. Inicié varios procedimientos judiciales contra estas prácticas, que condenaron a MSD. Cito, entre otras, la sentencia 22/9/98 del Juzgado 9 de lo Social de Sevilla, 5/5/00 del Juzgado 10 de lo Social de Sevilla y del TSJA número 2957/00 de 20/7, en la que se reconocía su conducta anticonstitucional: 'Se evidencia el incumplimiento empresarial de los derechos del actor a su intimidad y a la consideración debida de su dignidad'.

Me quedé perplejo al verme reflejado y comprobar que el firmante de este artículo es Juan Antonio Sagardoy, al mismo tiempo titular del bufete que asesora y defiende a MSD en mi causa. Por todo, me agradaría expresar mi asombro, no comprendiendo cómo quien con su conducta avala y defiende prácticas empresariales como las que he sufrido, pueda defender lo contrario en un medio de comunicación. Una frase de este artículo: 'El lugar de trabajo constituye el último campo de batalla en el que una persona puede matar a otra sin ningún riesgo a ser procesado por un tribunal'. Los que silencian estos comportamientos, por temor a represalias, puede que 'maten' más que los que ponen en práctica estos sistemas. La cobardía puede llevarnos a perder nuestra dignidad de personas.

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