El festival de cine de Marraquech termina como puente de diálogo

La élite del cine independiente estadounidense pasó el relevo al pueblo marroquí como protagonista del Festival Internacional de Marraquech, que anoche clausuró su segunda edición. Jóvenes, niños y abuelas acudieron en masa a las proyecciones de películas en las salas y auditorios al aire libre montados para la ocasión en el centro de la ciudad. La ubicación del certamen en el eje del mundo islámico lo sitúa como símbolo de convivencia multicultural.

Desde su inauguración, el pasado miércoles, el festival ha estado abierto a proyecciones populares, como Asterix y Obélix, en la pl...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La élite del cine independiente estadounidense pasó el relevo al pueblo marroquí como protagonista del Festival Internacional de Marraquech, que anoche clausuró su segunda edición. Jóvenes, niños y abuelas acudieron en masa a las proyecciones de películas en las salas y auditorios al aire libre montados para la ocasión en el centro de la ciudad. La ubicación del certamen en el eje del mundo islámico lo sitúa como símbolo de convivencia multicultural.

Desde su inauguración, el pasado miércoles, el festival ha estado abierto a proyecciones populares, como Asterix y Obélix, en la plaza Jemma El Fna y otros emblemáticos rincones al aire libre de la medina de Marraquech. Pero en las últimas jornadas, la población autóctona ha participado en un festejo por el que han pasado Francis Ford Coppola, David Lynch, Matt Dillon, Catherine Deneuve y Patrice Leconte.

Abuelas con sus típicas túnicas y pañuelos, niños y veinteañeros dominaron el pase del último filme de Neil Jordan, The Good Thief, sobre el robo de un casino de Montecarlo por una banda de drogadictos encabezada por Nick Nolte. Con las respuestas positivas del público local, el certamen cumplía uno de sus objetivos prioritarios. 'Las estrellas de Hollywood nos ayudan a elevar el perfil del festival, pero nuestra prioridad es acercar el cine nacional e internacional a la gente de Marraquech', señaló el presidente del certamen, Daniel Toscan du Plantier.

Auspiciado por el rey Mohammed, y con un presupuesto de dos millones de euros, el festival se ha convertido en símbolo de tolerancia y punto de encuentro multicultural en una fase de creciente tensión internacional. El director israelí Amos Gitaí definió el cine como una 'plataforma para el diálogo' y pidió a sus colegas que eviten caer en la tentación de 'caricaturizar' a los vecinos. 'Debemos aceptar las narrativas de ambos lados', dijo. A la Administración norteamericana, y a Hollywood en particular, se dirigió el mensaje colectivo de los cineastas invitados a Marraquech.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En