Entrevista:JOSÉ MARÍA SOLITARIO | Pintor

'Vitoria no tiene grandes diferencias culturales con Madrid o Barcelona'

José María Solitario (Calahorra, 1949) muestra su última obra hasta el próximo 10 de octubre en el Centro Cultural Montehermoso de Vitoria. Bajo el título El hombre es un lugar donde soplan cuatro vientos contrarios, el pintor, afincado en Vitoria desde su juventud, homenajea a lo largo de distintas series y con técnicas diferentes a Jean Dubuffet. Solitario es también uno de los principales animadores de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes vitoriano y del Artium.

Pregunta.
En esta ocasión, presenta una ruptura con toda su obra anterior....

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José María Solitario (Calahorra, 1949) muestra su última obra hasta el próximo 10 de octubre en el Centro Cultural Montehermoso de Vitoria. Bajo el título El hombre es un lugar donde soplan cuatro vientos contrarios, el pintor, afincado en Vitoria desde su juventud, homenajea a lo largo de distintas series y con técnicas diferentes a Jean Dubuffet. Solitario es también uno de los principales animadores de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes vitoriano y del Artium.

Pregunta. En esta ocasión, presenta una ruptura con toda su obra anterior.

Respuesta. Después de 20 años exponiendo, he abandonado definitivamente cualquier referencia a la figuración. Entro de lleno en la abstracción, de la que me interesa, sobre todo, la expresividad de la materia y la sugestión del trazo.

P. Y también homenajea a Dubuffet.

R. Cuando comencé con este trabajo hace dos años, ya me lo planteé como un homenaje al pintor francés, uno de los artistas más complejos del siglo pasado, por su mente lúcida, por su capacidad de abstracción. Fue también la consecuencia de varios años de estudio de sus escritos. Este hombre defendía que la materia tiene sus propias leyes que tenemos que descubrir e interpretar.

P. Este paso a la abstracción también se aprecia en el uso de los materiales.

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R. Ha habido un proceso de reducción. En anteriores series, había mucha más materia; ahora he acudido a materiales más frágiles, como el cartón, y he insistido en el empleo de colores cálidos. Se puede decir que este proceso ha sido una aventura de eliminación de formas para dejar el color como el elemento primordial.

P. No faltan referencias a Miro.

R. Sí, en la primera serie de esta muestra, relacionada con mi trabajo anterior. Todavía se mantienen trazos expresionistas que sugieren imágenes antropomórficas.

P. Como observador de la vida artística desde la Asociación de Amigos, ¿qué le parece la Vitoria del siglo XXI?

R. Creo que, en cuanto a entramado cultural, no hay grandes diferencias con Madrid o Barcelona; sólo que Vitoria es más pequeña. Pero el panorama artístico es rico y variado. Esta apreciación se confirma con la respuesta del público a las propuestas de galerías, museos o la propia Asociación: hay un interés creciente por conocer el arte contemporáneo.

P. ¿Está satisfecho con el Artium?

R. Este museo acentúa todavía más la reflexión citada; en sus primeros meses ha demostrado que es un centro vivo y activo. Es cierto que en Vitoria se juega siempre con la insatisfacción, que tiene mucho predicamento en los ambientes artísticos, pero yo no me iría a vivir a otro lugar.

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