El nuevo acceso a Coslada por la M-45 abrirá a fin de mes, con siete meses de retraso

El nuevo acceso de la M-45 a Coslada, el de Los Esparragales, no ha entrado aún en funcionamiento y ya cosecha sus primeras y airadas críticas. Será inaugurado previsiblemente a finales de este mes, tras siete meses de retraso sobre la fecha prevista. Por él sólo podrán transitar coches y en ningún caso camiones de gran tonelaje, ya que las ordenanzas de Coslada (85.000 habitantes) prohíben la circulación de vehículos pesados por el casco urbano. Las obras de este nuevo acceso están prácticamente últimadas; sólo falta señalizar una parte del asfalto y terminar los flecos. La financiación de es...

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El nuevo acceso de la M-45 a Coslada, el de Los Esparragales, no ha entrado aún en funcionamiento y ya cosecha sus primeras y airadas críticas. Será inaugurado previsiblemente a finales de este mes, tras siete meses de retraso sobre la fecha prevista. Por él sólo podrán transitar coches y en ningún caso camiones de gran tonelaje, ya que las ordenanzas de Coslada (85.000 habitantes) prohíben la circulación de vehículos pesados por el casco urbano. Las obras de este nuevo acceso están prácticamente últimadas; sólo falta señalizar una parte del asfalto y terminar los flecos. La financiación de este proyecto es conjunta entre el Ayuntamiento de Coslada y la Comunidad de Madrid.

En distintos sectores de Coslada hay un fuerte malestar por la cantidad de obstáculos viarios que presenta el nuevo enlace con la M-45. Un enlace cuya longitud es de dos kilómetros y que empieza en la avenida de España, enfrente de Zocoslada, y bordea la ciudad hasta concluir en la M-45. Y es que el nuevo acceso 'está plagado de enormes montículos transversales' cuya altura, sostienen algunos vecinos, 'roza la ilegalidad'. 'Cada 100 metros', se quejaban ayer varios conductores, 'han colocado rotondas y enormes montículos que casi obligan a detener el vehículo; están haciendo una auténtica chapuza; y, en lugar de aliviar el tráfico, lo más seguro es que haya atascos y retenciones de coches en el nuevo acceso', protestaban.

Montículos transversales

Curiosamente, la nueva vía de acceso a la M-45 se inicia en la avenida de España, que también está plagada de montículos cuya altura inicial tuvo que rebajar el Ayuntamiento de Coslada, gobernado por el socialista Juan Manuel Granados, ante las quejas de los automovilistas: existía peligro de colisión entre los montículos y los chasis de los coches. 'Y eso no es todo', detalla otro vecino de Coslada, 'en la avenida de España, en el tramo de esta vía que une el cruce de Vicálvaro con Zocoslada, hay dos carriles de los que sólo se puede utilizar uno porque el otro siempre está lleno de coches estacionados, pese a que está prohibido aparcar ahí; en definitiva, todo es una chapuza'.

Coslada y la M-45 están unidas ahora mismo por otro acceso, el de la calle de Manuel Azaña, que seguirá en funcionamiento cuando se inaugure el de Los Esparragales. Los vecinos de la zona rechazan el paso de vehículos por ahí, y más aún si se trata de camiones. El alcalde les prometió, dada la proximidad del viejo acceso con sus residencias, que por esa vía no pasarían camiones. De hecho, hay instalado un gálibo que lo impide.

Los que no podrán beneficiarse de la apertura del nuevo acceso a la M-45 serán, pues, los camiones, a pesar de que Coslada alberga el Centro Integral de Transportes Internacional y el llamado Puerto Seco, por el que pasan anualmente 25.000 vehículos pesados. Éstos tendrán que esperar a futuros accesos más alejados del casco urbano.

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