España resuelve de un plumazo

España consumó su estreno mundialista con un triunfo aplastante. La agresividad canadiense en el primer cuarto descolocó al equipo español que de inmediato recobró una velocidad de crucero insostenible para un rival, hoy por hoy muy por debajo en el escalafón. La dinámica del partido propició que España, tras corregir sus errores y su deficiente puesta en escena, construyera su primer triunfo con mano de hierro. También con un punto de agresividad que borró ese mal arranque. Cuando afloró la diferencia de calidad entre unos y otros, el partido quedó listo para sentencia y a pedir de boca para ...

España consumó su estreno mundialista con un triunfo aplastante. La agresividad canadiense en el primer cuarto descolocó al equipo español que de inmediato recobró una velocidad de crucero insostenible para un rival, hoy por hoy muy por debajo en el escalafón. La dinámica del partido propició que España, tras corregir sus errores y su deficiente puesta en escena, construyera su primer triunfo con mano de hierro. También con un punto de agresividad que borró ese mal arranque. Cuando afloró la diferencia de calidad entre unos y otros, el partido quedó listo para sentencia y a pedir de boca para que los jugadores españoles desplegaran su talento y ganaran confianza para enfrentarse hoy a Yugoslavia que, ayer, en el partido previo al de España, desarboló por completo a la débil Angola (113-63).

Antes del paseo final, España precisó de una extraordinaria aportación de su segundo base, Marco que anotó cinco triples en siete lanzamientos, de la puesta en escena de Gasol y Felipe Reyes, y la corrección de su estrategia para salir de apuros. Los canadienses le dieron un tono agónico a su juego inicial. Daba toda la sensación de que hubieran dibujado en la pizarra bajo la premisa de perdidos, al río. Privado de sus mejores jugadores de la NBA, Canadá está claramente un escalón por debajo de España. Su juego se correspondía más con el que habitualmente se hace inevitable en los equipos que llegan a los dos últimos minutos con una desventaja de ocho o diez puntos. Ese punto de desesperación descolocó por completo a los españoles que estuvieron casi todo el primer cuarto por detrás en el marcador.

Con el campo minado por la presión en el marcaje y la agresividad defensiva canadiense, Nacho Rodríguez las pasó canutas a la hora de dirigir al equipo, que se resintió y careció de la mínima fluidez para ganar buenas posiciones de lanzamiento. A las dificultades para hacer llegar balones en buenas condiciones a manos de Garbajosa y Alfonso Reyes, los pívots del quinteto inicial español debido a que Imbroda desea dosificar a Gasol en su retorno a la actividad tras su lesión un muslo, se añadió una serie errática en los lanzamientos exteriores, plasmada con un un solo acierto en los siete primeros intentos de triple.

La aparición de Marco, el base que debuta en un gran torneo y que apenas hubiera dispuesto de minutos de no haber sido por la baja de Raúl López, se antojó decisiva. Tanto como la de Gasol que, a pesar de que llevaba cuatro meses y medio sin disputar un partido, volvió a ser un jugador muy por encima del resto, imparable para los pívots canadienses. España por momentos resistió gracias a su obstinada presión defensiva y a que se hizo muy fuerte bajo su aro. España acabó de superar un último momento crítico después de superar una zona defensiva canadiense, fugaz por el acierto español, ahora sí, en los triples.

GRUPO A: Yugoslavia, 113; Angola, 63. España, 85. Canadá, 54.

GRUPO B: Brasil, 102; Líbano, 73. Puerto Rico, 78; Turquía, 75.