El distrito que quiere dejar de ser marginal

Los vecinos de Villaverde luchan para que esta zona pierda la etiqueta de problemática y solicitan al Gobierno regional la llegada del suburbano

Dice el tío Pepe, el patriarca del poblado marginal de Plata y Castañar (Villaverde), que en su casa tiene una pistola, dos escopetas y dos rifles 'por lo que pueda pasar'. 'En este barrio hay muchos jaleos y no puedes fiarte de nadie. Si se pelean dos chavales de dos familias rivales primero sales con la mano, y después...', cuenta este hombre gitano, que siempre viste de negro y lleva un sombrero de ala para cubrirse del sol. En el poblado hay 80 viviendas, aunque el tío Pepe asegura que, en total, viven más de 300 familias. 'Hay 80 casas, pero en los patios tenemos más sitio y allí se van m...

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Dice el tío Pepe, el patriarca del poblado marginal de Plata y Castañar (Villaverde), que en su casa tiene una pistola, dos escopetas y dos rifles 'por lo que pueda pasar'. 'En este barrio hay muchos jaleos y no puedes fiarte de nadie. Si se pelean dos chavales de dos familias rivales primero sales con la mano, y después...', cuenta este hombre gitano, que siempre viste de negro y lleva un sombrero de ala para cubrirse del sol. En el poblado hay 80 viviendas, aunque el tío Pepe asegura que, en total, viven más de 300 familias. 'Hay 80 casas, pero en los patios tenemos más sitio y allí se van metiendo los que se van casando', explica.

El poblado de Plata y Castañar está en Villaverde, una zona que, además, acoge El Salobral, el mayor poblado chabolista de la región. El distrito tiene 131.013 habitantes de los que el 18% tienen más de 65 años. Está separado por la avenida de Andalucía. Villaverde, el último distrito al sur de la capital, tiene cuatro barrios: San Andrés, San Cristóbal, Butarque, Los Rosales y Los Ángeles.

'Todo lo que tenemos en los barrios es porque los residentes lo hemos reivindicado'
Los futbolistas Raúl y Michel, y el grupo musical Camela son de aquí

La marginalidad de la zona ha hecho que, en muchas ocasiones, Villaverde haya trascendido más por las cosas malas que por las buenas, según reconoce la concejal del distrito, Nieves Sáez de Adana (PP). 'Los vecinos de Villaverde están hartos de que se hable del distrito como marginal. Son gente trabajadora y modesta, pero eso no quiere decir en absoluto que sean problemáticos', explica la edil.

Una vez, unos humoristas en un programa de televisión que fingían que estaban peleándose tuvieron esta conversación: '¿Qué dices que me vas a hacer?', 'Pues que como te pongas chulo te voy a mandar a mi primo el de Villaverde Bajo'. Los vecinos mandaron cartas de protesta a la cadena de televisión que emitió el programa.

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Hasta 1954, año en el que se anexionó a la capital, Villaverde fue un pueblo que creció gracias a la población inmigrante procedente, sobre todo, de Castilla-La Mancha y Extremadura. En los años cincuenta la industria empezó a establecerse en el distrito porque el suelo estaba muy barato. Pero a finales de los setenta y principios de los ochenta la industria entró en crisis y las fábricas de Villaverde cerraron o despidieron a muchos de sus empleados. 'La crisis industrial golpeó fuertemente al distrito y todavía se puede ver paseando por el paseo Alberto Palacios, en Villaverde Alto, a muchos prejubilados de las fábricas', comenta Julio Misiego, concejal de IU.

Muchos de los habitantes de Villaverde se quedaron entonces en el paro y el distrito, desde entonces, ha intentado salir adelante. El Gobierno regional dotó en 1998 de un plan especial de inversiones al distrito con 108 millones de euros a repartir en cinco años. El plan pretende paliar las carencias de infraestructuras y los problemas de paro, marginación y fracaso escolar.

'El distrito ha sufrido una transformación muy grande gracias a este plan y a las inversiones que ha hecho el Ayuntamiento, pero todavía tenemos algunos problemas, como los accesos por carretera. Hay proyectos para rehabilitar la carretera de Villaverde a Carabanchel, la de Villaverde a Getafe... pero todavía es una de las asignaturas pendientes', explica Sáez de Adana.

Pero para la oposición, las asignaturas pendientes en Villaverde van más allá de los accesos. 'Los servicios sociales brillan por su ausencia, no ha habido una atención al aluvión de población inmigrante que ha llegado en los últimos años', denuncia Misiego. 'El distrito tiene muchas posibilidades a nivel humano y territorial, pero no se aprovechan', añade Manuel García-Hierro, concejal socialista.

En lo que tanto la concejal-presidente como la oposición coinciden es en que el distrito necesita el metro, ya que es el único de la capital que no tiene suburbano. 'Si se hiciese el metro en Villaverde y pudiese llegar a las zonas industriales, mucha gente evitaría tener que coger el coche para ir a los polígonos a trabajar', explica Misiego. A pesar de la utilidad que todo el mundo ve en el suburbano, el presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallardón, nunca ha dicho de forma explícita que la construcción del metro en Villaverde esté entre sus proyectos.

La marginalidad, la falta de infraestructuras, la reivindicación del metro... y la prostitución. Una noche del mes de agosto. Comienza a anochecer en la colonia Marconi -integrada por 1.000 viviendas- y decenas de prostitutas se colocan en las calles del barrio y en el cercano polígono de la Resina, en busca de clientes. No son muchas, pero ya tienen delimitadas sus zonas. Las africanas y latinoamericanas se colocan en las calles del polígono industrial. Las eslavas, en cambio, se separan un poco más y van a la carretera de Getafe a Villaverde. Los vecinos de Marconi llevan años protestando por esta situación que, según ellos, les ha llevado mucha inseguridad a la zona. 'La inseguridad no está sólo en Marconi por la prostitución. Está en todo el distrito y se produce por la marginación que hay en parte de la población y que no está combatida con políticas sociales por parte del Ayuntamiento', denuncia García-Hierro. En cambio, la concejal del distrito sostiene que la inseguridad no es mayor que en otras zonas de la capital y que la prostitución en Marconi va a terminar. 'Acabará con la urbanización del polígono de la Resina . Allí se va a instalar industria tecnológica y un hotel', afirma Sáez de Adana.Marconi, como otras partes del distrito, sufre el problema de la falta de equipamientos, algo que, según la concejal, está siendo poco a poco solucionado. 'En Marconi hay un proyecto para hacer un centro cultural y también vamos a hacer una escuela infantil. En el distrito hemos hecho tres centros de mayores nuevos, por el incremento de la población mayor de 65 años. Nos gustaría hacer más cosas, pero es que casi no nos queda suelo para equipamientos', explica Sáez de Adana. La oposición y los vecinos, en cambio, consideran que hace falta más colegios y que los dos cuarteles en desuso que hay en Villaverde, el de Ingenieros y el de Automovilismo, se deberían aprovechar para dar servicio a los residentes.

'Nosotros seguimos exigiendo cosas porque es la única manera de conseguirlas. Todo lo que tenemos aquí lo hemos conseguido porque los vecinos hemos protestado. Si tenemos biblioteca, es porque la hemos pedido, si tenemos parques y zonas infantiles por lo mismo', reivindica Prado de la Mata, presidenta de la asociación de vecinos de San Cristóbal de los Ángeles. Y es que el movimiento vecinal en Villaverde es uno de los más reivindicativos de la capital. 'Las asociaciones de vecinos funcionan muy bien, tienen un sentido de distrito muy acentuado', comenta Sáez de Adana. En 2001, los residentes de Villaverde consiguieron que el Ayuntamiento se echase atrás en su proyecto de que Renfe construyese en San Cristóbal 24 grandes tanques de combustible que tenían posibles efectos nocivos.

Este barrio, San Cristóbal, sufre un problema muy grave y de difícil solución: las 1.400 viviendas que lo forman se están viniendo abajo por el mal estado en el que se encuentran y los vecinos no se ponen de acuerdo para solicitar las ayudas oficiales que les permitirían rehabilitarlas.

Un convenio firmado en 1999 entre el Ayuntamiento, el Ministerio de Fomento y el Gobierno regional concedió a los residentes de San Cristóbal 31 millones de euros para las obras. Pese a que han pasado tres años, las ayudas no se han solicitado porque muchos de los habitantes de estos pisos no cuentan con el dinero necesario para acometer las reparaciones. Para pedir la ayuda se necesita la unanimidad de las comunidades de vecinos, algo que los residentes califican de 'imposible'. 'El Ayuntamiento tiene que tomar medidas con este asunto, porque los habitantes de San Cristóbal corren el peligro de que un día se les venga encima sus casas', denuncia García-Hierro.

Aunque Villaverde tiene muchos problemas y todavía queda mucho por hacer, los residentes insisten en que ya no es una zona marginal y que ha cambiado mucho. 'Tenemos que buscar las cosas positivas. Por ejemplo, hay mucha zona verde, tenemos una biblioteca estupenda y los barrios están mucho mejor que antes', afirma De la Mata.

Los vecinos también resaltan que del distrito ha salido mucha gente humilde que, a fuerza de trabajo, ahora son auténticos ídolos de masas: los futbolistas Michel, Raúl y Aguilera y, además, el grupo musical Camela. Todavía muchos residentes recuerdan como Raúl, en compañía de su padre, dedicaba las tardes muertas a dar patadas al balón en un distrito que ahora todavía lucha por quitarse la mala reputación.

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