Editorial:

Gobierno con agujeros

La coalición tripartita formada el mes pasado en Holanda por el democristiano Jan Peter Balkenende no destaca por su solidez, aunque las coaliciones sean la herramienta tradicional de gobierno en un país con firmes convicciones acerca de la representación proporcional. Se trata de una dispar alianza a la derecha entre cristianodemócratas -un partido que regresa de ocho años de purgatorio-, ultraliberales y la lista de Pym Fortuyn, la agrupación populista a la que el asesinato de su carismático jefe poco antes de los comicios del 15 de mayo catapultó al segundo puesto del voto popular con sus p...

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La coalición tripartita formada el mes pasado en Holanda por el democristiano Jan Peter Balkenende no destaca por su solidez, aunque las coaliciones sean la herramienta tradicional de gobierno en un país con firmes convicciones acerca de la representación proporcional. Se trata de una dispar alianza a la derecha entre cristianodemócratas -un partido que regresa de ocho años de purgatorio-, ultraliberales y la lista de Pym Fortuyn, la agrupación populista a la que el asesinato de su carismático jefe poco antes de los comicios del 15 de mayo catapultó al segundo puesto del voto popular con sus planteamientos antiinmigración y de ley y orden. La lista ha colocado cuatro ministros en el Gabinete, convirtiendo a Holanda en otro país más de la Unión Europea -con Austria, Italia, Dinamarca y Portugal- en el que formaciones preocupantes para la salud de la democracia tienen presencia gubernamental.

El sucesor de Fortuyn al frente de la lista anuncia ahora que va a dimitir muy pronto. Mat Herben, acusado por los suyos de falta de personalidad y de haber traicionado las esencias del partido con tal de conseguir unas carteras ministeriales, asegura que no le atrae la luz de los focos y que se prestó hace tres meses al liderazgo por lealtad a la memoria del político asesinado. Que el singular ex profesor de sociología acribillado cerca de Amsterdam concitaba la atención de sus conciudadanos mucho más que los políticos tradicionales lo muestra el hecho de que los preparativos del proceso contra su presunto asesino hayan comenzado ayer a ser televisados en directo, una rareza en Holanda.

La fragilidad del Ejecutivo ya se puso de manifiesto el mes pasado, cuando una secretaria de Estado de la lista Fortuyn dimitió a las pocas horas de asumir el cargo al conocerse sus vinculaciones con una milicia golpista en Surinam hace 20 años, en tiempos de sangre para la antigua colonia. La portavoz del partido abandonó también en julio su cargo. El anuncio de Herben se produce cuando la lista comienza a perder lustre y confirma los temores de inestabilidad de un grupo cuya inexperiencia y querellas internas le hace poco compatible con la disciplina que exige una coalición. Con estas credenciales para un Gobierno que no lleva un mes en ejercicio, todo sugiere que Holanda tendrá pronto otra cita anticipada con las urnas.

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