Crónica:Campeonatos de Europa al aire libre | ATLETISMO

Excelentes señales de Estévez

El español muestra su poder en las semifinales de los 1.500 metros

Lo habitual de Reyes Estévez en una serie de 1.500 metros era clasificarse sin demasiada gloria y esgrimir la coartada del tapado. Algo así como: 'Estoy como nunca, pero prefiero que no lo sepan los demás'. Luego, le costaba estar a la altura de sus palabras. Al menos, desde los Mundiales de Sevilla 99, el cénit de una trayectoria que no ha estado al nivel de sus inmensas cualidades. Pero, en Múnich, Estévez parece un atleta con más determinación, sin necesidad de buscar excusas. Ganó su semifinal con una autoridad que no se le conoce desde hace tiempo y lo explicó con claridad. 'A Silva, ni a...

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Lo habitual de Reyes Estévez en una serie de 1.500 metros era clasificarse sin demasiada gloria y esgrimir la coartada del tapado. Algo así como: 'Estoy como nunca, pero prefiero que no lo sepan los demás'. Luego, le costaba estar a la altura de sus palabras. Al menos, desde los Mundiales de Sevilla 99, el cénit de una trayectoria que no ha estado al nivel de sus inmensas cualidades. Pero, en Múnich, Estévez parece un atleta con más determinación, sin necesidad de buscar excusas. Ganó su semifinal con una autoridad que no se le conoce desde hace tiempo y lo explicó con claridad. 'A Silva, ni agua'.

Rui Silva es el mediofondista portugués que desde hace tiempo se cruza en el camino de los españoles, un atleta que conviene tener marcado para la final. Tiene la mejor marca europea del año y llega a Múnich con la etiqueta de favorito. Pero Estévez le ha metido en dudas. Venció al luso con todas las comillas que se quieran, pues nunca se sabe lo que se guardan los atletas en las series, pero las señales del atleta español son excelentes.

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A Estévez se le ve flaco como nunca -'peso dos kilos menos que el año pasado'-, producto de una mayor dedicación a los entrenamientos y a una dieta más rigurosa. Hay algo ascético en su imagen que contradice aquellos días del botellazo. Se acabó el peróxido: lleva la cabeza afeitada, sin permitirse ninguna concesión a la coquetería, como si no quisiera caer en las viejas distracciones.

En la carrera se le vio firme y ágil, con una seguridad aplastante en todas sus decisiones. Quería dejar claro que está bien y que puede derrotar a Silva como lo hizo cuatro años atrás en la maravillosa demostración que ofreció en los Europeos de Budapest. Allí un joven Estévez se perfiló como el sucesor de Fermín Cacho. Ahora parece decidido a retomar los bártulos. Ayer se explicó con elocuencia. Venció con comodidad y marcó el territorio, lo mismo que el francés Bahla en la otra serie.

Bahla se impuso a José Antonio Redolat fácilmente, con un estilo seco y contundente. La carrera discurrió por parciales infames, todos vigilándose entre tropezones y codazos. Redolat viene de un pequeño calvario de lesiones. No parece el atleta ligero de las dos últimas temporadas. Le duelen los tendones y se le ve un poco apesadumbrado, aunque se sintió más que satisfecho con su actuación: 'He tenido tantos problemas durante el año que estoy feliz. Buscaba la clasificación y la he logrado. Sin dolores, además'. Fue una prueba que Bahla dominó con una extrema facilidad que impresionó a Redolat: 'No esperaba que el francés estuviera tan bien'.

En primer plano para la final de mañana aparecen, por tanto, Estévez y Bahla, con la incógnita de Silva. El español quiere una prueba alrededor de los 3m 36s, en los que siempre se ha movido con comodidad. Pero advierte: 'Me da igual porque estoy seguro de que va a ser una carrera táctica que se resolverá en los últimos 250 metros'.

Reyes Estévez controla con la vista a Rui Silva en la llegada.EFE

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