El segundo puesto más triste de Fonsi

'¿Quién se acuerda de quién ganó aquí el año pasado? Nadie. La gente sólo recuerda al campeón del mundo'. Fonsi Nieto lleva tiempo asegurando que una victoria en un gran premio no le dice nada. Que él lo que quiere es el título de los 250cc. Vivió tiempos de gloria el madrileño, pero en los cuatro últimos grandes premios Marco Melandri le ha borrado la sonrisa. Porque el italiano ha encadenado cuatro victorias y le ha puesto un paréntesis al sueño de Fonsi, a quien si ganar una carrera no le dice nada, menos le dirá quedar segundo, sobre todo si el sillín que le supera está ocupado por Melandr...

'¿Quién se acuerda de quién ganó aquí el año pasado? Nadie. La gente sólo recuerda al campeón del mundo'. Fonsi Nieto lleva tiempo asegurando que una victoria en un gran premio no le dice nada. Que él lo que quiere es el título de los 250cc. Vivió tiempos de gloria el madrileño, pero en los cuatro últimos grandes premios Marco Melandri le ha borrado la sonrisa. Porque el italiano ha encadenado cuatro victorias y le ha puesto un paréntesis al sueño de Fonsi, a quien si ganar una carrera no le dice nada, menos le dirá quedar segundo, sobre todo si el sillín que le supera está ocupado por Melandri.

Fonsi intentó ayer cambiar el curso de los acontecimientos hasta la última curva de la carrera. No lo consiguió. En el antepenúltimo viraje sí logró rebasar por un instante a quien le ha birlado la primera plaza del Mundial, pero no cerró el ángulo a tiempo y Melandri, sin cambiar la trazada, logró asomarse antes a la recta. Ahí perdió todas sus esperanzas el español, en una prueba en la que, excluido Melandri, el más feliz era Toni Elías, que se quedó clavado en la salida y acabó subiéndose al podio tras una remontada digna del libro de los récords: 'He cometido el error más grande de mi vida en la salida, donde no he sabido meter la marcha y me he quedado en punto muerto, y he acabado haciendo la mejor carrera de mi vida', declaraba Elías, el gran héroe de una prueba que volvió a dibujar una mueca de disgusto, y van cuatro consecutivas, en el rostro de Fonsi Nieto.