Crónica:Mundial 2002 | España, la primera clasificada

El 'gordo' flaquea

Chilavert, que intercambió su camiseta con Casillas y le piropeó, cometió un error de juvenil

Lo único que hizo bien el gordo Chilavert en el partido de ayer fue lanzar una falta, en la segunda mitad, que atajó Casillas con los apuros previstos. Por lo demás, quiso dar la razón al Loco Gatti cuando dice, no sin resquemor, que sus bravuconadas sólo sirven para ocultar que, en realidad, es un mal portero. Con los años (36), ha cogido kilos y manías en la misma medida que ha aumentado su número de enemigos. El segundo gol de España le desacreditó en buena medida. Con toda su experiencia, se tragó un centro enroscado de De Pedro como si se tratara de un simple juvenil.
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Lo único que hizo bien el gordo Chilavert en el partido de ayer fue lanzar una falta, en la segunda mitad, que atajó Casillas con los apuros previstos. Por lo demás, quiso dar la razón al Loco Gatti cuando dice, no sin resquemor, que sus bravuconadas sólo sirven para ocultar que, en realidad, es un mal portero. Con los años (36), ha cogido kilos y manías en la misma medida que ha aumentado su número de enemigos. El segundo gol de España le desacreditó en buena medida. Con toda su experiencia, se tragó un centro enroscado de De Pedro como si se tratara de un simple juvenil.

Elegido mejor portero del Mundial de Francia 98 y mejor portero suramericano del siglo XX, Chilavert pasará a la historia por sus goles marcados (56) más que por sus paradas y será recordado más por sus declaraciones que por sus blocajes. Una injusticia con su historial labrada a pulso por medir mal sus palabras como ayer midió mal su salida en una jugada inocente. Ahí se tragó sus amenazas futbolisticas al joven Casillas, al que había anunciado dos goles que nunca llegaron. No siempre se pueden conseguir tantos como el que le marcó al River Plate, jugando en el Vélez Sarsfield, desde 60 metros enviando la pelota al cielo para que cayera a plomo sobre la portería. ¿Cómo pudo caer en línea recta desde aquella altura? Chilavert tuvo la respuesta perfecta: 'Porque chocó con un ángel', según recoge el escritor uruguayo Eduardo Galeano en el cuento El gol.

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Chilavert se guía por el instinto pendular: capaz de combinar la poesía, la vida familiar sencilla y tranquila y sus apuestas por los más desfavorecidos, que le emparentan con aquel rapaz de Ñu Guacú que vendía la leche que ordeñaba en su hacienda, con la mirada asesina que le hace tan fieramente humano que aterroriza al más pintado y que viaja siempre con un bate de béisbol en el asiento de atrás del coche 'por si hay que defenderse'.

Se sabe que Chilavert gestiona la selección de su país; que Maldini apenas organiza las órdenes que da el futbolista más famoso de la historia paraguaya y que soñó con presidir la nación aunque ahora se conformaría con gestionar el futuro de su ciudad.

Casillas ha sido el último inquilino de su lista de víctimas. Un honor teniendo en cuenta que Chilavert no se arredra ante nada ni ante nadie y ha polemizado con Maradona, Ruggeri y su intimo enemigo, Palermo, entre otros varios cientos de futbolistas.

Nadie negará a Chilavert haber inventado el portero goleador, tan preocupado por conseguir goles como por evitarlos. Cuestión de la infancia. Ël siempre quiso jugar de delantero, pero su hermano mayor lo relegó a la portería en su equipo. A los 16 años debutó en Primera y con Milutinovic apostaba Coca-Colas en los lazamientos de falta. Le cogió el gusto y se hizo famoso gol a gol.

Siempre con barba de dos días, como le gusta a su mujer, también sabe perder. Ayer tuvo un gesto de grandeza al final: felicitó a España y piropeó a Casillas tras intercambiar la camiseta: 'Es un excelente portero y tiene un gran futuro, aunque también le he aconsejado que que juegue un poco más adelantado, como libre en algunas ocasiones'. El gordo flaquea, pero no tanto como para no saber cuando empieza y acaba una artimaña.

Chilavert y Casillas se funden en un abrazo al final del encuentro.REUTERS

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