La derecha francesa confía en lograr la victoria

El rechazo de una nueva cohabitación parece haber dado sus frutos. 'Tras cinco años de socialismo, ha llegado el tiempo de la alternancia y se ha acabado el de la cohabitación', argumenta el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, en los actos en que participa, organizados en apoyo de otros candidatos, puesto que él no concurre a las elecciones. Para el primer ministro, 'estos comicios se presentan de manera favorable para nosotros'.

Raffarin ha aprovechado sus últimas intervenciones para recordar a los aspirantes a diputados del partido de Chirac que deben mostrarse 'muy claros'...

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El rechazo de una nueva cohabitación parece haber dado sus frutos. 'Tras cinco años de socialismo, ha llegado el tiempo de la alternancia y se ha acabado el de la cohabitación', argumenta el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, en los actos en que participa, organizados en apoyo de otros candidatos, puesto que él no concurre a las elecciones. Para el primer ministro, 'estos comicios se presentan de manera favorable para nosotros'.

Raffarin ha aprovechado sus últimas intervenciones para recordar a los aspirantes a diputados del partido de Chirac que deben mostrarse 'muy claros' en su rechazo de toda 'complicidad' con la extrema derecha. El primer ministro juega con su buena imagen: prácticamente un desconocido en la política nacional, hasta su designación por Chirac, el 6 de mayo pasado, cuenta ahora con la opinión favorable de un 57% de los franceses, según un sondeo del instituto Louis Harris.

Los socialistas, por su parte, no consiguen llevar a la derecha al combate electoral. Sus esfuerzos de última hora para vencer la dinámica favorable a los adversarios les conducen a radicalizar los aspectos sociales de su programa. Así, el Partido Socialista se comprometió ayer a subir el salario mínimo un 5% el próximo 1 de julio, un aumento mayor que el aplicado durante sus años de gobierno.

Esta oferta, naturalmente condicionada a un resultado electoral que le permita gobernar de nuevo, fue inmediatamente denunciada por la derecha como 'una subasta electoralista'. El salario mínimo bruto actual es de 1.126 euros, tras la subida del 4,05% aplicada en 2001, el último año de gobierno de Lionel Jospin.

El Gabinete de Raffarin aún no ha fijado porcentaje alguno de aumento del salario mínimo, limitándose a fijar para ello una fecha posterior a las elecciones legislativas.

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