Reportaje:Mundial 2002

Blatter 'golea' a Hayatu

El suizo seguirá al frente de la FIFA, pero deberá someterse a una auditoría interna

El suizo Joseph Blatter, de 66 años, se mantendrá al menos otros cuatro años al frente de la FIFA tras golear en las elecciones presidenciales de ayer al camerunés Issa Hayatu, máximo dirigente del fútbol africano. Ya en la primera vuelta, Blatter, que necesitaba dos tercios de los votos, se hizo con la victoria al apuntarse 139 papeletas por sólo 56 su rival. De los 204 países del censo votaron 197, aunque dos papeletas fueron anuladas. La holgada victoria de Blatter se cimentó en el masivo apoyo de las grandes federaciones europeas,España, Italia, Alemania y Francia entre ellas. Algo curioso...

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El suizo Joseph Blatter, de 66 años, se mantendrá al menos otros cuatro años al frente de la FIFA tras golear en las elecciones presidenciales de ayer al camerunés Issa Hayatu, máximo dirigente del fútbol africano. Ya en la primera vuelta, Blatter, que necesitaba dos tercios de los votos, se hizo con la victoria al apuntarse 139 papeletas por sólo 56 su rival. De los 204 países del censo votaron 197, aunque dos papeletas fueron anuladas. La holgada victoria de Blatter se cimentó en el masivo apoyo de las grandes federaciones europeas,España, Italia, Alemania y Francia entre ellas. Algo curioso, ya que el sueco Lennart Johansson, el presidente de la UEFA, respaldaba a Hayatu.

'Quiero restaurar la paz y olvidar el pasado', afirmó Blatter tras conocer el resultado y saber que deberá someterse a una auditoría interna que verifique sus cuentas. El presidente expresó su deseo de colaborar con Hayatu, quien, a su vez, le ofreció su apoyo. A sus 55 años, este camerunés, vicepresidente de la FIFA, aspiraba al gran sillón 'en favor de una mayor democracia y transparencia'. 'El veredicto electoral ha sido muy claro, pero 56 votos no son pocos y me siento aliviado', subrayó el directivo.

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Blatter, presidente de la FIFA desde 1998, cuando se impuso a Johansson, tiene un tortuoso cuatrienio por delante con la credibilidad personal y la de su organización bajo mínimos. Por un lado, deberá enfrentarse a la justicia suiza tras la querella presentada contra él por once altos directivos de su organismo, que le acusan de malversación de fondos. Además, dentro del comité ejecutivo, hay numerosas voces en su contra, incluida la del secretario general, Michael Zen-Ruffinen, que recientemente desveló la supuesta existencia de pagos irregulares del propio Blatter a ex árbitros, ex futbolistas y colaboradores personales.

Tras leer el propio Zen-Ruffinen el veredicto de las urnas, Blatter, emocionado, se fundió en un abrazo con Hayatu, recibió un ramo de flores y dejó que le chispease alguna lagrimilla cuando su hija le puso en brazos a su única nieta. Luego, eufórico, afirmó: 'El pueblo del fútbol no es mentiroso, pero he captado el mensaje'. A continuación, pidió a todos los delegados que entrelazaran las manos, como una cadena, como símbolo de una FIFA unida. De momento, sólo es eso, un símbolo. La realidad es que el Mundial comenzará mañana con un presidente en guerra con su secretario general y varios vicepresidentes, entre ellos el surcoreano Chung Mong-jen, el organizador supremo del torneo.

Antes de la votación, Blatter y sus colaboradores consiguieron que se aprobara de forma provisional el presupuesto de la FIFA para el periodo 2003-2006, que prevé unos gastos de 2.738 millones de euros y unos ingresos de 3.328. De forma provisional, porque el congreso aprobó que se reanude la comisión auditora interna que Blatter abortó el 11 de abril al considerar que no respetaba el principio de 'confidencialidad' y que a partir de ahora el informe de cuentas se elabore de forma anual, no cada cuatro años.

En dicha comisión seguirá como presidente el escocés David Will, que estos días ha acusado a Blatter de maquillar las cuentas. Will y otros oponentes sí pudieron ayer hablar. Los más ácidos fueron los ingleses y el más expresivo el italiano Antonio Matarrese: 'Usted ha querido ser Havelange [el anterior presidente, brasileño] y le falta experiencia y carisma'.

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