La predisposición de Piqué a ser candidato en Cataluña deja en falso a la dirección regional

Alberto Fernández lamenta la 'recurrente' insinuación de desembarco del ministro

La predisposición mostrada el miércoles por el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, de asumir el reto de encabezar las listas del Partido Popular en las autonómicas de 2003 si se lo pide el partido ha supuesto un duro mazazo para la dirección regional, que tiene órdenes expresas de evitar cualquier comentario sobre candidaturas. El presidente regional, Alberto Fernández Díaz, trató de sortear ayer la espinosa situación creada con las declaraciones del ministro, pero no ocultó su desazón: 'Llevamos cuatro años así', afirmó, en referencia a la 'recurrente' posibilidad, varias veces insin...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La predisposición mostrada el miércoles por el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, de asumir el reto de encabezar las listas del Partido Popular en las autonómicas de 2003 si se lo pide el partido ha supuesto un duro mazazo para la dirección regional, que tiene órdenes expresas de evitar cualquier comentario sobre candidaturas. El presidente regional, Alberto Fernández Díaz, trató de sortear ayer la espinosa situación creada con las declaraciones del ministro, pero no ocultó su desazón: 'Llevamos cuatro años así', afirmó, en referencia a la 'recurrente' posibilidad, varias veces insinuada, de que Piqué desembarque en la política catalana y tome el control del partido.

En el mismo momento en que se afilió al PP, en enero de 1999, Josep Piqué fue ungido por el líder de la formación, José María Aznar, como el principal referente del partido en Cataluña, con independencia de que el líder formal sea Alberto Fernández Díaz. Y ya tras las elecciones autonómicas de ese mismo año, en que el PP pasó de 17 a 12 diputados, la dirección nacional situó al ministro como la opción más probable para los comicios del año que viene, los primeros en que Jordi Pujol no será candidato y que teóricamente deben redefinir el mapa político catalán tras 23 años de pujolismo.

Pese a ello, Aznar decidió esperar hasta el último momento antes de tomar la decisión sobre quién encabezará en 2003 las listas del PP en Cataluña, la única comunidad autónoma en que el partido no es como mínimo la primera fuerza de la oposición. Aznar tiene previsto designar a sus candidatos pasado junio, una vez haya concluido la presidencia española de la Unión Europea, a pesar de los intentos de la dirección regional de precipitar el debate en Cataluña para despejar de una vez por todas la incógnita.

Evitar controversias

La dirección nacional del partido exigió a la organización regional que evitara toda controversia sobre los candidatos, pero el miércoles Piqué insinuó por primera vez públicamente que está dispuesto a asumir el reto. En una entrevista en Antena 3 Televisión, el ministro dejó a un lado las clásicas respuestas elusivas que solía dar siempre que se le planteaba la pregunta y se mostró dispuesto a estudiar 'a fondo' esta posibilidad; se consideró 'disponible por responsabilidad personal y política'. Eso sí, admitió que lanzarse a la carrera de las elecciones autonómicas le impediría seguir en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Fuentes de la ejecutiva nacional explicaron que en las últimas semanas el ministro ha dejado claro a varios dirigentes del PP su predisposición a dedicarse preferentemente a la política catalana si así lo estima conveniente el presidente del partido y del Gobierno. Pese a que en la dirección nacional no hay dudas de que Piqué es, con diferencia, la mejor opción de que dispone el PP, algunos estrategas temen que el ministro pueda quemarse en las autonómicas -donde las expectativas del partido, según los sondeos, van a la baja- y preferirían reservarlo para las generales con el objetivo de adelantar por primera vez a Convergència i Unió.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En cualquier caso, el PP optará con toda seguridad por Piqué si llega a la conclusión de que presentar al ministro puede evitar la victoria del socialista Pasqual Maragall. Ayer, el secretario general del partido, Javier Arenas, aseguró a Servimedia que las elecciones municipales y autonómicas del año que viene no causarán ninguna reestructuración inmediata del Gobierno, y subrayó que el partido todavía no ha tomado ninguna decisión sobre Cataluña.

La disponibilidad mostrada por Piqué en Antena 3, no obstante, ha provocado desánimo en la actual estructura regional del partido, que nunca se ha atrevido a abordar directamente con el ministro sus planes de futuro. El presidente del PP catalán, Alberto Fernández, trató de quitar transcendencia ayer a las declaraciones del ministro repitiendo una y otra vez que el momento de elegir al candidato todavía no ha llegado, aunque dejó entrever su malestar por la situación creada. '[El desembarco de Piqué en Cataluña] es una cuestión recurrente y la respuesta también; llevamos cuatro años así', se quejó Fernández Díaz en conferencia de prensa tras la reunión del grupo parlamentario. Y añadió, visiblemente incómodo: 'No sé si [Piqué] vendrá; no puedo responder por terceros'. A diferencia del ministro, evitó expresamente contestar a la pregunta de si él estaría dispuesto a ser candidato en las autonómicas.

Los dirigentes del PP prefirieron guardar silencio, pero el ex presidente regional Aleix Vidal-Quaras, hoy militante en Madrid, mostró sin ambages su satisfacción por las declaraciones de Piqué. Vidal-Quadras trató de frenar las tesis catalanistas del ministro en el último congreso regional -septiembre de 2000-, pero ayer auguró que si es el candidato el PP mejorará los resultados de 1999.

En cambio, el conseller en cap del Gobierno catalán, Artur Mas, destacó el 'escaso entusiasmo' que a su juicio muestra el ministro para 'afrontar algo que debe ser tan ilusionante como convertirse en presidente de Cataluña'. 'Dice que lo hará [ser candidato] si se lo mandan', afirmó el candidato de CiU.

'Giro catalanista' y autonomía

La falta de autonomía para decidir al candidato en las autonómicas e incluso el calendario para tomar la decisión no es ninguna particularidad del PP catalán, sino que afecta a todas las organizaciones regionales. Pero en Cataluña el PP adoptó, al menos teóricamente, un giro catalanista en su congreso de 2000 que a la práctica no ha tenido ninguna repercusión en su funcionamiento interno.

La dirección catalana del PP no ha logrado ningún grado de autonomía para decidir sus políticas. El presidente regional, Alberto Fernández Díaz, lleva toda la legislatura tratando de obtener infructuosamente luz verde de la dirección nacional para desmarcarse de Convergència i Unió (CiU). Él último amago para adoptar una actitud más beligerante fue cortado de raíz por Madrid con la sorpresiva oferta de José María Aznar de incorporar a los nacionalistas catalanes al Ejecutivo central. Esta propuesta cogió a contrapié al PP catalán, que no fue informado de las intenciones de Aznar, lo que obligó a la dirección regional a dar marcha atrás a su escalada verbal contra CiU.

En el debate sobre las candidaturas, los dirigentes del PP catalán tratan desde hace meses sin éxito de aclarar las incógnitas cuanto antes, teniendo en cuenta que todos los demás partidos catalanes ya han dado a conocer a sus candidatos a la presidencia de la Generalitat e incluso a la alcaldía de Barcelona.

En esta ciudad, el jefe del grupo municipal del PP , Santiago Fisas, dejará el cargo el mes que viene si es elegido, como parece probable, vicepresidente del Comité Olímpico Español (COE), lo que ha dejado al PP sin candidato a un año de los comicios. Entre los posibles alcaldables destacan, entre otros, el propio Alberto Fernández -si Piqué encabeza la lista a la Generalitat-, la delegada del Gobierno, Julia García Valdecasas, muy bien vista por la dirección nacional, y los diputados Dolors Nadal y Ricard Fernández Déu.

Archivado En