Crítica:ESCAPARATE

El hombre que escribió 'Wilt'

Tom Sharpe ha publicado hasta ahora 13 novelas, de las que ha vendido unos catorce millones de ejemplares en el Reino Unido y unos dos millones en España. No hay ninguna duda: Sharpe es un fenómeno y Wilt es su libro estrella, una de esas novelas que arranca una salva de carcajadas con sólo mencionar el título. Aprovechando la circunstancia de que Sharpe pasa buena parte del año en Llafranc (Girona), y partiendo de la amistad que les une, el periodista Llàtzer Moix ha escrito un libro de conversaciones con Tom Sharpe que acertadamente ha titulado Wilt soy yo.

Moix se e...

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Tom Sharpe ha publicado hasta ahora 13 novelas, de las que ha vendido unos catorce millones de ejemplares en el Reino Unido y unos dos millones en España. No hay ninguna duda: Sharpe es un fenómeno y Wilt es su libro estrella, una de esas novelas que arranca una salva de carcajadas con sólo mencionar el título. Aprovechando la circunstancia de que Sharpe pasa buena parte del año en Llafranc (Girona), y partiendo de la amistad que les une, el periodista Llàtzer Moix ha escrito un libro de conversaciones con Tom Sharpe que acertadamente ha titulado Wilt soy yo.

Moix se esfuerza por hacer un repaso sistemático de la vida, la obra y las opiniones de Tom Sharpe, y consigue que nos hagamos una buena idea de cómo es el hombre que escribió Wilt, aunque conviene advertir, por si hay algún lector despistado, que un libro de conversaciones con Sharpe no es un libro de conversaciones con Steiner. Que nadie espere, por tanto, grandes aportaciones intelectuales ni reflexiones profundas. Lo que sí encontramos es un Sharpe que habla sin tapujos y que nos da claves para comprender mejor sus desternillantes novelas.

WILT SOY YO. CONVERSACIONES CON TOM SHARPE

Llàtzer Moix Anagrama. Barcelona, 2002 266 páginas. 14 euros

A grandes rasgos, la vida

de Sharpe podría resumirse así: nacido en Londres en 1928, tuvo una infancia difícil en la que su padre, un predicador a la antigua, trató de inculcarle ideas fascistas. Siguieron estudios en Cambridge, un tiempo en la Marina y, en 1951, a los 23 años, una decisión que cambió su vida: emigrar a Suráfrica en busca de nuevas oportunidades. Aunque él aún no lo sabía, allí encontró el material que, en tono de farsa, le permitiría años después escribir su primera novela, Reunión tumultuosa. En 1961, Sharpe fue deportado por criticar el apartheid y, de vuelta a Inglaterra, trabajó diez años en el Cambridge College of Arts and Technology, donde se las tuvo con un grupo de alumnos más bien brutos que le proporcionaron un material excelente para su Wilt.

Sharpe no publicó su primera novela hasta 1971, a los 43 años. Por lo que cuenta, se puso a escribir en tono de farsa a ver qué salía. Y dio en el blanco. En 1976 publicó Wilt y el éxito ya fue total. En 13 años, entre 1971 y 1984, publicó 11 novelas. Luego vino un parón hasta 1995.

Cuando habla de sus libros, Sharpe se aleja de falsas pretensiones intelectuales. Para escribir, explica, se pone a la máquina y se deja llevar. En un momento dado, suelta: 'Quizá le extrañe, pero todavía pienso que mis libros tienen algo de basura'. Y cuando reconoce la finesse de Evelyn Waugh, aclara que él es muy distinto. 'Yo escribo con un hacha', dice. Sharpe no se anda con manías: confiesa que no ha leído a Conrad y califica a Anthony Powell de 'escritor espantoso'. Se manifiesta, eso sí, admirador de dos grandes maestros del humor británico: Wodehouse y Waugh.

Cuando uno termina el libro lo hace con una sonrisa en los labios y con la sensación de que el mundo real de Sharpe no está tan lejos del loco mundo de ficción de Wilt. Todo es cuestión del prisma con que se escribe y está claro que Sharpe ha optado por la farsa. Es entonces cuando nos creemos lo que él mismo le confiesa al 'doctor' Moix: que 'Wilt soy yo'.

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