Crónica:LA VENTANA DE MILLÁS

Escritura y vida

La temporada pasada, Gemma Nierga, directora y conductora de La Ventana, de la cadena SER, me invitó a participar en su programa con un espacio que en principio estaría dedicado a 'contar historias'. Más tarde, decidimos encargar esas historias a los oyentes. Desde entonces, todas las semanas proponemos un tema y seleccionamos, de entre los textos que nos llegan, los que cada viernes, a partir de las cinco de la tarde, leemos en antena. Estos textos también son publicados en la página web de la emisora, en donde permanecen durante unos quince días. Hay un ganador semanal, que en la pres...

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La temporada pasada, Gemma Nierga, directora y conductora de La Ventana, de la cadena SER, me invitó a participar en su programa con un espacio que en principio estaría dedicado a 'contar historias'. Más tarde, decidimos encargar esas historias a los oyentes. Desde entonces, todas las semanas proponemos un tema y seleccionamos, de entre los textos que nos llegan, los que cada viernes, a partir de las cinco de la tarde, leemos en antena. Estos textos también son publicados en la página web de la emisora, en donde permanecen durante unos quince días. Hay un ganador semanal, que en la presente temporada recibe como premio cinco libros de la colección de Cuentos Completos de la editorial Alfaguara y un jamón de Teruel (los caminos del patrocinio, como los del Señor, son imprevisibles).

Pedimos textos cortos, de no más de 15 líneas, que es la distancia ideal para la radio y para Internet, aunque no siempre nos obedecen y hay gente que envía novelas de 500 páginas. En

cualquier caso, la respuesta del público ha sido excelente, quizá porque no se trata de un espacio literario convencional, sino de un espacio en el que investigamos acerca de las relaciones entre la escritura y la vida. Por eso mismo, no sólo recibimos relatos de escritores más o menos en ciernes, sino de personas ingenuas (en el mejor sentido de la palabra) que quizá no habían escrito nada hasta entonces, y que probablemente no volverán a hacerlo,

pero que nos han hecho llegar una historia personal que con frecuencia resulta estremecedora, o divertida, o extraña. No es raro que textos sin ambición

literaria se conviertan en piezas maestras, mientras que los supuestamente 'literarios' se asfixien en fórmulas retóricas que no les dejan respirar. Procuramos provocar a los oyentes con asuntos de la vida cotidiana y les dejamos libertad para que mientan o digan la verdad. Muchos dicen la verdad cuando mienten, o al revés.

Ahora, en el último tramo de nuestra segunda temporada, EL PAÍS nos ha invitado a traer esta experiencia de

la radio a las páginas de Babelia. El experimento, pues, continúa y se complica, pero se enriquece también. Durante las próximas semanas, publicaremos en esta misma página una selección de las historias que hayan triunfado previamente en la radio. Todo el mundo puede participar, bien a través del correo ordinario, bien entrando en la página web de la

cadena SER. Hoy, para abrir boca, publicamos dos historias de fetichistas, un cuento de fantasmas y un par de brevísimas piezas con vocación

paradójica. Suerte.

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