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El jardín inédito de Saussure

DE FERDINAND DE SAUSSURE se ha podido decir durante muchos años aquello de que no había publicado lo que había escrito y no había escrito lo que había publicado. En efecto, su gran obra, el célebre Curso de lingüística general, fundador de la lingüística moderna y piedra angular del estructuralismo, es un volumen redactado en 1916 por Charles Bally y Albert Sechehaye a partir de los apuntes tomados durante las clases que Saussure impartió en Ginebra entre 1907 y 1911. Ahora Gallimard edita Écrits de linguistique générale, de 336 páginas, muchas descubiertas en 1996 en el jardín d...

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DE FERDINAND DE SAUSSURE se ha podido decir durante muchos años aquello de que no había publicado lo que había escrito y no había escrito lo que había publicado. En efecto, su gran obra, el célebre Curso de lingüística general, fundador de la lingüística moderna y piedra angular del estructuralismo, es un volumen redactado en 1916 por Charles Bally y Albert Sechehaye a partir de los apuntes tomados durante las clases que Saussure impartió en Ginebra entre 1907 y 1911. Ahora Gallimard edita Écrits de linguistique générale, de 336 páginas, muchas descubiertas en 1996 en el jardín de invierno de la familia Saussure en Suiza, por nuevos propietarios.

Entre los papeles rescatados figuran una serie de reflexiones sobre 'la esencia doble del lenguaje' que son los primeros pasos hacia su gran hallazgo, su capacidad para analizar la lengua como sistema que se estudia desde un presente que no tiene nada que ver con su historia, desde una perspectiva sincrónica y otra diacrónica, que 'toma el papel desempeñado por la palabra como el principal elemento perturbador de una ciencia de las palabras'. De alguna manera, el dualismo saussuriano distingue entre el 'sujeto hablante' y el 'discurso' cuando escribe 'si la lengua ha sido creada para el discurso, ¿qué separa el discurso de la lengua o qué nos permite, a partir de un cierto momento, decir que la lengua entra en acción como discurso?'. De pronto reencontramos el nihilismo relativo del lingüista, que sólo admite la aparición del significado a partir de las relaciones entre 'una serie de realidades psicológicas y otra de realidades fonológicas, sin que ninguna de las dos, por separado, sea capaz de dar nacimiento al hecho lingüístico'. Para él se 'ha hablado un poco prematuramente de una ciencia del lenguaje'.

Ferdinand de Saussure, aristócrata y sabio, hijo de entomólogo estudioso de los insectos de América Central, nieto de un profesor de geología y mineralogía, bisnieto del geólogo, físico y montañero que venció el Montblanc, no había cumplido los 22 años cuando presentó su Mémoire sur le système primitif des voyelles dans les langues indoeuropéennes. Un año más tarde da a conocer su tesis sobre el empleo del genitivo absoluto en sánscrito y después nada, su trabajo como investigador queda en manos de sus alumnos, sus reflexiones dependen de quiénes en sus clases toman nota de cómo va desbrozando el camino.

Los manuscritos recuperados en 1996 no desmienten lo publicado por Bally o Sechehaye, pero permiten descubrir la angustia de quien recorre por primera vez un paisaje e intenta describirlo de manera ordenada. 'Todo eso acabará por convertirse en un libro que escribiré sin entusiasmo ni pasión, a pesar mío, y en el que explicaré por qué no hay ni un solo término de los empleados en lingüística al que conceda el menor sentido', escribe en 1894 a su amigo Antoine Meillet. Las 70 páginas manuscritas 'sobre la esencia doble del lenguaje' y sus 'items y aforismos' traslucen a un hombre angustiado, que se da cuenta de la trascendencia de sus hallazgos, que a veces da la sensación de avanzar casi a ciegas. Pero algunas verdades elementales y básicas sí quedan dibujadas, entre ellas que la lengua no tiene una unidad que sirva de punto de partida, que nada significa por sí mismo, pero que todo cobra sentido por oposición, por diferencia, al entrar en relación. Los distintos elementos de la lengua sólo existen en la medida en que se definen a partir de la relación que mantienen entre ellos.

'En lingüística podemos preguntarnos si el punto de vista desde el que se contempla el objeto no es todo el objeto y, por consiguiente y en definitiva, si partimos de un solo punto y de un objeto concreto o si lo único que hay es una multiplicidad de puntos de vista'. Saussure descubre que la lengua es un hecho social, una emanación de la comunidad que ella misma contribuye a formar de manera determinante y sirve de infraestructura de la cultura, como pondrán de relieve los seguidores del Círculo de Praga.

Y de ahí surgirá la corriente de pensamiento estructuralista superada o puesta en cuestión por el generativismo chomskyano si nos circunscribimos a la lingüística, a distintas escuelas si el ángulo de ataque es más amplio, dejando tras sí una voluntad de 'hacer ciencia', un deseo de análisis pormenorizado que ha marcado de manera indeleble las llamadas ciencias sociales.

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