Columna

Un trabajador reservado

Reservado, trabajador y de campo. Dámaso Casado tiene poco y mucho que ver con su predecesor en el cargo, Carlos Trevilla. Ha sido su mano derecha, pero ambos tienen un carácter completamente dispar. Mientras que Trevilla es un torrente, que empieza a hablar y no termina, Casado es parco en palabras, las justas. Pero esta diferencia en las formas no significa una diferencia en el fondo. La línea del sindicato va a ser continuista en todo, incluso en la defensa de la libertad de los ciudadanos contra la violencia de ETA.

Casado, quien ayer se definió como un 'palentino vizc...

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Reservado, trabajador y de campo. Dámaso Casado tiene poco y mucho que ver con su predecesor en el cargo, Carlos Trevilla. Ha sido su mano derecha, pero ambos tienen un carácter completamente dispar. Mientras que Trevilla es un torrente, que empieza a hablar y no termina, Casado es parco en palabras, las justas. Pero esta diferencia en las formas no significa una diferencia en el fondo. La línea del sindicato va a ser continuista en todo, incluso en la defensa de la libertad de los ciudadanos contra la violencia de ETA.

Casado, quien ayer se definió como un 'palentino vizcaíno del mundo' ha pasado por el campo, la minería, la construcción, la metalurgia y el sector servicios. No se ha privado de nada. De todo le ha quedado el aprendizaje del currante, del día a día. Pero, como aficiones, de sus trabajos sólo ha guardado su amor por el campo.

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Natural de Otero de Guardo (Palencia), no puede evitar escaparse en vacaciones y muchos fines de semana a su pueblo, a visitar a sus hermanos, a los que ayuda en las tareas del campo. Aficionado al montañismo, en cuanto puede se pone las botas y se lanza a caminar. A sus 47 años, conserva su aspecto fibroso gracias a las marchas montañeras y a los largos que en cuanto tiene un rato hace en las piscinas de Bilbao para 'relajarse'.

Casado y con tres hijos, prefiere dejar su vida privada al margen de su actividad sindical. Es esencialmente reservado. Trevilla, enfrascado siempre en sus pensamientos, asegura que recurría a Casado cada vez que se tenía que plantear una cuestión practica, un trabajo de campo. Comenzó a militar en UGT a los 23 años y desde entonces siempre se ha dedicado a la acción sindical, salvo en los últimos ocho años, en que se ha encargado de la organización, de mantener en orden, contento y cohesionado a un sindicato que ocupa la cuarta posición en representatividad en Euskadi. Lo hizo primero con Josu Frade y luego con Trevilla como secretarios generales. Ha participado en la constitución o dirección de hasta cuatro federaciones dentro de la central, lo que le ha permitido ser uno de esos sindicalistas que conocen hasta los últimos rincones de su organización.

Dentro de la central ha aprovechado para formarse y es experto sociolaboral y técnico en prevención de riesgos laborales. De hecho, está en excedencia por cargo sindical en la empresa S.G.T. Tecnos SA, dedicada a la calidad, seguridad y prevención. En definitiva, UGT-Euskadi ha optado por un hombre reservado con su intimidad y comprometido con el sindicato.

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